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Dolores musculares y óseos. Problemas respiratorios y alergias.










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domingo, 24 de enero de 2016

Bloqueos Energeticos en la Unidad de Cuerpo, Mente y Emociones

Es imposible negar la existencia de una fuerza creadora que regula la vida, y ¿qué más concreto para un ser humano que el cuerpo? Todas las manifestaciones vitales son manifestaciones energéticas, y toda perturbación en el funcionamiento energético se expresa en sus aspectos físicos (somáticos) o psíquicos; doble vertiente que apoyada por una perspectiva energética (dinámica) expresa la unidad funcional del cuerpo y del espíritu.
Aunque sólo sea por su valor operativo, conviene hacer hincapié en el paralelismo de esta dualidad constitutiva de la especie humana, no sin buscar sistemáticamente los trazados de los flujos energéticos que la sostienen y la alimentan. Dentro de dicha perspectiva, la energía se manifiesta siempre ligada o representada; simplificando al extremo diremos que se halla ligada a las estructuras biológicas (órganos, tejidos, sobre todo musculares) e incluso en estasis (energía estancada) y que se representa en las formaciones psíquicas, en especial las de carácter.

Así pues, la intervención en el plano terapéutico se define por su incidencia en las estructuras del carácter y la intervención directa sobre el cuerpo (constatación y disolución de la coraza muscular a través del masaje, ejercicios corporales en los diferentes segmentos, etcétera).

El objetivo en los dos casos es deshacer los bloqueos y las fijaciones: tanto las tensiones y las rigideces como las perturbaciones neurovegetativas y las inhibiciones psíquicas, para que el sujeto pueda llegar, en su cuerpo, en sus emociones y en el juego de sus estructuras psicológicas y de percepción; y al sentimiento de una circulación suficientemente buena, fluida y elástica, de la energía.

Lo biológico, el cuerpo, lo psíquico y el carácter, no son nunca aspectos aislados en dominios autónomos, sino que, por el contrario, se inscriben siempre en formas de diferente envergadura, desde las microsociedades como son la pareja y la familia, hasta las amplias agrupaciones como son las naciones y la misma humanidad.

Es muy importante el trabajo que gira en torno a la prevención. Prevención de la neurosis, por supuesto, pero aún más de las biopatías que son perturbaciones masivas con efectos mortales, en donde concuerdan con sus impecables incidencias, las opresiones sociopolíticas, los desequilibrios psicológicos, los cambios emocionales y las perturbaciones orgánicas.

El trabajo preventivo debería incidir en las mismas fuentes, tanto sociales como biológicas y psíquicas de la existencia individual:
1. Intervención en la mujer embarazada para preservar y facilitar una circulación energética "calurosa" entre el útero materno y el feto.
2. Condiciones necesarias para un "nacimiento sin violencia".
3. Preservación de los equilibrios afectivos durante el periodo materno.
4. Acción pedagógica para preservar y desarrollar el mecanismo de la autorregulación: a)la curiosidad, b) la espontaneidad creadora y c) la autonomía en el niño.
5. Toma en consideración leal y franca de la sexualidad en el adolescente, etcétera.

Se trata, en todos los casos, permitir deshacernos del miedo, miedo primitivo que hiela las emociones, pervierte las relaciones, alimentando las rigideces y en última instancia, obstaculiza la energía vital: miedo de vivir, con sus múltiples facetas, pero con idéntica acción mortal.

Se trata de favorecer el principio del gozo de la vida. El principio del goce único, capaz, puede ser, de asegurar a la humanidad su porvenir.

martes, 12 de enero de 2016

Segmentos en Somatosicodinamica - SPD

Existe, desde hace cierto tiempo, la tendencia a tomar en consideración aquellas técnicas que tienen como objetivo el restablecimiento de la vitalidad energética, como son la homeopatía, la acupuntura, la fitoterapia, la dietética, el masaje y de manera general las prácticas corporales.
La mayor parte de dichas terapias se caracterizan por su concepción estrictamente materialista debido a su práctica mecanicista.

La somatosicodinámica considera el soma y la psique como una unidad funcional, haciéndose necesario el equilibrio energético entre las dos partes para asegurar la salud real. Por lo tanto, desde el punto de vista de la somatosicodinámica, es ilógico hablar, sea en términos físicos, sea en términos psíquicos, pues cada manifestación del ser humano va a ser siempre la expresión del funcionamiento energético, la base de la vida.
El fenómeno de la vida es un aspecto visible del concepto energético, influenciado por diversos factores variables del medio ambiente. Por lo tanto, no es posible localizar el equilibrio estático, sino que es más bien un equilibrio dinámico ligado a una dimensión espacio-tiempo; en otras palabras, ligado a la dimensión histórica y ecológica.

El ser vivo, a fin de establecer contacto entre él mismo, los demás y su entorno, dispone de un conjunto de factores de reciprocidad y adaptación. Este sistema dialéctico en su conjunto implica un intercambio energético continuo, de forma que, cuando se bloquea, produce una estasis energética. Dicha estasis o carencia energética provoca manifestaciones corporales y/o en el plano psíquico. La energía estancada llega a ser peligrosa para el cuerpo.
Por lo tanto, no es posible desde el punto de vista terapéutico eliminar estos síntomas actuando unilateralmente, ya sea sobre lo físico o sobre lo psíquico. El síntoma es siempre la expresión de una emoción: la respuesta a una estimulación, una percepción más o menos estresante, sea gratificante o frustrante (principio del placer). Dicha percepción está siempre ligada a la sensorialidad del sujeto.

La Somatosicodinamica SPD, en lo que concierne a la patología clínica, propone la división del cuerpo en siete segmentos:

- Primer Segmento: los ojos, los oídos, a los cuales añadimos la nariz (telerreceptores).
- Segundo Segmento: la boca.
- Tercer Segmento: el cuello.
- Cuarto Segmento: el tórax.
- Quinto Segmento: el diafragma.
- Sexto Segmento: el abdomen.
- Séptimo Segmento: la pelvis.

El tono funcional óptimo de cada nivel es, teóricamente, aquel en donde encuentra su equilibrio la función neurovegetativa y muscular.
Salvo la piel, presente en todo el cuerpo y que siendo de origen ectodérmico se la puede considerar nuestro cerebro exterior, los otros cuatro sentidos están localizados en la cabeza y corresponden a los dos primeros niveles.

A propósito de los bloqueos de los diferentes niveles, que es necesario distinguir entre ellos, como ya hemos señalado, tres categorías bien distintas:

1) Los bloqueos primitivos.
2) Los bloqueos principales.
3) Los bloqueos secundarios.

Conviene añadir que se constatan "correspondencias recíprocas energéticas" entre ciertos niveles, lo que se expresa por los diferentes rasgos caracteriales de un mismo individuo.

El primer segmento muscular -que comprende los ojos, los oídos, así como la nariz que une este nivel al segundo, la boca-, a causa de su función telerreceptora, constituye la puerta de entrada del miedo, lo que ocasiona la angustia, la ansiedad del terror, y a su vez la angustia.
La conexión privilegiada de ese primer segmento con el diafragma (quinto segmento) es evidente.
Otros segmentos tienen cierta vinculación con este último, como veremos más adelante.

El segundo segmento, la boca, tiene una correspondencia directa con la pelvis (séptimo), no solamente en lo referente a la genitalidad, sino también en lo concerniente a las funciones de secreción.

El tercer segmento, el cuello, es el bloqueo principal clásico. Aquí es donde se encuentran todas las defensas vinculadas al instinto de conservación. Es el aliento del autocontrol. También se halla aquí el núcleo más importante de la ambivalencia, lo cual explica la interconexión con el cuarto segmento, el tórax, pero también con el diafragma (quinto segmento), porque el narcisismo -que se asienta en el cuello- conduce al sujeto a realizar esfuerzos masoquistas con una ansiedad que controla para alcanzar sus fines. El hecho de ser incapaz de dejarse ir, de abandonarse (autocontrol), implica igualmente un vínculo con la pelvis (séptimo segmento).

El cuarto segmento, el tórax, es la zona de paso entre los tres primeros segmentos (pregenitales) y los tres siguientes, los seudogenitales. (No existe segmento genital ya que el término genital implica al individuo en su totalidad, sin bloqueo alguno cualquiera sea el segmento...)

El quinto segmento, el diafragma,es el más importante: no hay vida sin respiración y este músculo es un verdadero distribuidor de energía. Es por lo que se halla interconectado a todos los otros segmentos.

El sexto segmento, el abdomen, constituye el puente entre el diafragma y la pelvis (séptimo segmento) que permite la descarga energética fisiológica del orgasmo.
El orgasmo no debe ser reducido a una mera noción de placer, sino más bien de goce, en el sentido pleno, total, de ese término: ¡el gozo!

El séptimo segmento no puede funcionar convenientemente más que a condición del desbloqueo de los seis primeros.

Es importante señalar que al respecto de los segmentos y sus respectivos bloqueos, así como sus correspondencias sólo hacemos una explicación aproximativa.

jueves, 7 de enero de 2016

Meridiano de Riñon, Indecision Sexual y Psoas

El meridiano de riñón es el meridiano de la confianza sexual. Los estado negativos del meridiano de riñón están relacionados con la indecisión sexual. Solemos encontrar problemas de meridiano de riñón en personas que no pueden tomar decisiones claras sobre sus asuntos sexuales. ¿Debería acostarme con este hombre?¿Quiero realmente hacerlo?¿Estoy preparado para este tipo de relación? Tal clase de cuestiones afectan al meridiano de riñón.
La emoción negativa del meridiano de riñón es la indecisión sexual.
La indecisión sexual se transmuta con las siguientes afirmaciones positivas: “Yo soy sexualmente seguro/a” y “mi energía sexual se encuentra equilibrada”.
La imagen que le pediríamos que visualizara a una persona para realizar el test de comprobación para la energía de riñón es: “Imagine (visualice) que ha mantenido relaciones sexuales con alguien que no le atrae plenamente, pero a quien no desea rechazar del todo”.

Son cuestiones muy sutiles. Por ejemplo, se suele encontrar que la prueba de test da débil en hombres que tienen problemas con sus esposas, y que están considerando la posibilidad de tener otro tipo de relaciones extramatrimoniales. La insatisfacción y la indecisión sexuales suelen ir juntas. El punto corporal del test es la duodécima costilla.

El músculo principal relacionado con el meridiano de riñón es el psoas. Otros músculos secundarios son el trapecio superior y el ilíaco.
El psoas es uno de los músculos más grandes y más gruesos del cuerpo. Une las vértebras de la zona lumbar y la cabeza del fémur (hueso del muslo). El psoas se encarga principalmente de la flexión de la cadera y del muslo, tiene gran influencia sobre la postura lumbar y la forma en que las caderas se colocan.
La indecisión sexual afecta al psoas contrayéndolo y de esta manera tiende a inclinar la espalda hacia adelante. La presión ejercida por el músculo psoas, mientras está en un estado contraído puede comprimir las articulaciones y los discos de las vértebras lumbares. Esta presión provoca la degeneración y se hacen más susceptibles a las lesiones.

Un psoas corto en un lado, tira de la columna o la pelvis hacia ese lado, lo que conduce a muchos problemas dolorosos, incluyendo escoliosis.
La causa más frecuente de dolor en la espalda y de cadera es con frecuencia el músculo psoas. Muchos creen que el músculo psoas es uno de los músculos más importantes del cuerpo. El número de problemas causados por el psoas es bastante sorprendente. Estos incluyen: dolor de espalda baja, dolor de articulaciones sacroilíacas, ciática, problemas de disco, espondilosis, la escoliosis, la degeneración de la cadera, dolor de rodilla, problemas de dolor de la menstruación, infertilidad y digestivo. La lista también puede incluir problemas biomecánicos como la inclinación de la pelvis, las discrepancias longitud de las piernas, cifosis y lordosis lumbar.
Este músculo (en animales es conocido como el lomo) discurre desde la parte media de la columna, en las vértebras dorsales 12, y se conecta a todos los discos y las apófisis transversas de todas las vértebras lumbares hacia abajo a través de la pelvis para fijar en el interior de la parte superior de la pierna en el trocánter menor. La parte inferior se combina con fibras del músculo ilíaco, que se encuentra en el interior de la superficie de la pelvis y el sacro, cuando se curva sobre el hueso púbico y se inserta en el trocánter menor.

Los calambres y dolores menstruales han sido exitosamente aliviados aprendiendo a relajar y liberar el músculo psoas. Los calambres menstruales realmente no se producen en el útero sino que son ocasionados por un músculo psoas contraído que presiona los órganos reproductores; la congestión producida en la circulación sanguínea del área probablemente irrite los nervios que tienen que ver tanto con el psoas como con los órganos sexuales involucrados.

Debido a que el psoas es parte del “reflejo del miedo”, el miedo asociado con la menstruación, la reproducción y la sexualidad necesita ser comprendido y remitido.
El miedo es siempre percibido a través del músculo psoas de tal forma que es también a través de percibir el psoas que lograremos liberarnos de antiguos miedos.
El psoas se contrae debido a los hábitos posturales y traumatismos. Caminar o estar de pie con el mentón hacia delante en una sola posición durante demasiado tiempo, hará que el músculo se tense. Sentados durante gran parte del día hace que el músculo se acorte para mantenernos biomecánicamente equilibrados en nuestras asientos.
Traumas no resueltos pueden mantener el psoas corto y reactivo. Este es un músculo principal en las respuestas de huida, lucha, congelación o miedo al peligro. Cuando la supervivencia está en juego, impulsa al cuerpo a actuar. Cuando se sobresalta, se inflama preparándolo para agarrar, esperar o correr. Hasta que el psoas se libera, el músculo puede estar contraído y tener espasmos, y acortamiento adicional con mucha facilidad.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Ciclos Vitales de la Naturaleza Humana

El agua debe permanecer en movimiento; tiene un ritmo, un ciclo que es gobernado sobre todo por el movimiento gravitacional de la luna.
Las expansiones y las contracciones diarias de los océanos durante las mareas son como el ciclo respiratorio de la Tierra.
La luna es Yin, el principio receptivo, femenino y oscuro, relativo al subconsciente: lo escondido y las emociones. El agua tiene esas mismas características. El estado del agua en el cuerpo puede reflejar el estado de las emociones. Como el planeta, nosotros también podemos tener sequías e inundaciones, charcas estancadas y corrientes de agua fresca.
Todos tenemos nuestros ciclos. Muchos de nosotros poseemos ciclos en los que se liberan las emociones retenidas, como en las lluvias del invierno. Luego, con una nueva conciencia y la expresión de estos sentimientos, viene un verdadero aligeramiento de nuestra energía. El agua, retenida a veces en el cuerpo junto con las emociones, puede ser causa de letargo, lentitud, irritabilidad e incapacidad para la expresión.

Según la Medicina Tradicional China, los individuos con deficiente energía del agua pueden tener dificultades para relajarse o descansar, y una incapacidad de reflexionar claramente.

Un elemento agua equilibrado permite la fluidez, la capacidad de descansar y de nutrirse a uno mismo y a los otros, de guiar la percepción y la reflexión, y de expresar los sentimientos, como el amor. Las cualidades de la compasión, el entendimiento y la respuesta a las necesidades y sentimientos de los demás se consideran a menudo como manifestaciones de los aspectos femenino y maternal, y son también características del elemento agua.

Yin y Yang

La Unicicidad del Universo tiene dos aspectos que pueden considerarse como dualidades, como polaridades o incluso como conflictos. Son las dos fuerzas primarias: el yang, que trata del invierno y el agua son las partes más yin de los ciclos.

La mayor parte de las cosas existen como una combinación del yin y el yang, más que como uno y otro puro.
Algunos aspectos de yin son: frío, húmedo, receptivo, profundo y hacia adentro. El yin se relaciona con la Tierra y con la forma; el yang, con el Cielo y la energía, y es caliente, seco, activo, ligero, superficial y hacia afuera.

Estas dos fuerzas las vemos en alternativos flujos y reflujos en la naturaleza y dentro de nosotros durante todo el tiempo, en los ciclos mensuales solar-lunares, en el día y la noche y, ciertamente, en cada momento; y en nuestra respiración y en los latidos del corazón. El corazón se contrae, se vacía, se relaja y se llena de nuevo. Los ciclos del yin y del yang son como los latidos del Universo.

Nuestra conciencia sigue el mismo esquema al cambio. La conciencia activa; que se expande y se relaciona con las cosas que hay en nuestro exterior, se considera yang; retirarse hacia adentro, escuchar y ser receptivo, es yin. Hay un constante equilibrio entre los dos. El día se hace noche, la noche se hace día, luz y oscuridad. El amanecer y el ocaso son los momentos del día en que el yin y el yang están equilibrados. Cada día nos levantamos con la luz, desplegándonos lentamente desde el estado de sueño, nos expandimos y vamos a trabajar, a la actividad y la luz del sol; entretanto, el yang es dominante; más tarde experimentamos el yin cuando regresamos a casa buscando apoyo, nutrición, relajación, sueño y el juego con las realidades interiores.

De modo similar, en cada ciclo lunar el Sol (el principio masculino, activo, y luminoso) y la Luna (el principio femenino, receptivo, y oscuro) pasan por muchas relaciones. También experimentamos internamente este cambio cíclico. Durante el periodo de la luna nueva (cuando el Sol y la Luna están en el cielo en el mismo grado relativo con respecto a la Tierra), con sus noches más oscuras, nuestra experiencia es más yin, interesada por necesidades interiores, por la creatividad y por mirar hacia el siguiente ciclo.

En la luna llena, cuando nuestro satélite refleja la luz del Sol por la noche (el Sol y la Luna tienen en el cielo una separación relativa de 180° con respecto a la Tierra), nuestra experiencia es más yang, a menudo con noches brillantes y activas, fiestas y menos necesidad de sueño.


Las cuatro estaciones son también un ciclo yin/yang; la luz del día domina durante un tiempo, y luego vuelven las noches más largas. El verano es la estación más yang, con días largos y mucha actividad bajo el sol; en el otoño va creciendo el yin, hasta el solsticio de invierno. Luego empieza a crecer el yang hasta que la noche y el día se igualan en el equinoccio primaveral; y de nuevo predomina la energía yang a través del verano. Incluso aunque algunos climas puedan ser más calientes o más fríos, o tengan cambios climáticos menos definidos, debemos entender que el ciclo luz/oscuridad es la relación importante para la diferenciación de las estaciones.

jueves, 17 de diciembre de 2015

La Humanidad del Nuevo Milenio

Lo que más necesitamos en medio de nuestro mundo moderno es cambiar el deseo que tenemos de aferrarnos a poseer cosas materiales y volver la vista hacia lo abstracto, hacia el espíritu, al poder de lo desconocido.
Este cambio tiene el poder de desterrar para siempre las dudas de nuestras mentes, y una vez que esas dudas se han borrado, todas las cosas son posibles, incluyendo el regreso a nuestra verdadera herencia como seres luminosos en un estado de conciencia total.

Para sentirse completo no se necesita de más tecnología, ni poseer más "juguetes de adulto", sino todo lo contrario, volver a la sencillez, a la paz y al amor. Quizás penséis que estoy escribiendo una utopía, sin embargo, si queremos llegar a ser libres de verdad, en nuestro corazón y con nuestro cuerpo, debemos empezar a pensar en llevar a la práctica el desapego en todas las áreas de nuestras vidas y sobre todo dejar de aferrarnos y luchar por todas esas cosas inútiles que nos mantienen prisioneros en el mundo de la rivalidad, la envidia, la ambición y el desastre.
Muchas cosas, de hecho todas las que realmente importan, permanecen más allá de lo que podemos llegar a explicar con nuestra mente racional, aunque nos esforcemos cada vez más en demostrar lo contrario; en el inexplicable camino al conocimiento.

Asumir la responsabilidad personal del destino que queremos manifestar en nuestras vidas es una decisión que cada uno tiene que llevar a cabo personalmente y una vez que uno ha elegido nunca llega a arrepentirse, ya que es capaz de controlar y de dirigir su vida, en vez de que se la controlen y se la dirijan otros.
La recompensa que se obtiene cuando nos responsabilizamos de todos nuestros actos y de todas las situaciones que creamos en nuestras vidas, es algo indescriptible. Ya que se accede a las promesas hechas al espíritu, las cuales están más allá de las leyes del mundo; aunque operen en el mundo.

Cambiar conscientemente nuestra atención personal resulta de una dureza inimaginable, ya que el ímpetu del orden social reinante y nuestros viejos hábitos de intolerancia, hacia nosotros mismos y hacia los demás, nos proporcionan todas las excusas necesarias para no llevarlo a cabo.
No sólo tenemos que dar la espalda a todo lo perecedero y superfluo del mundo material (lo que no significa que no lo usemos y lo utilicemos; si no que significa que no nos aferremos a ello, ni hipotequemos nuestras vidas en ese fin), sino que también hemos de apartarnos del auto-absorbimiento que nos ha consumido desde el momento de nacer.

Necesitamos cambiar y necesitamos cambiar ahora, ya no queda más tiempo para desperdiciarlo en juegos de niños necios, que luchan y pelean para conseguir quitarse las cosas mutuamente, mientras nuestra madre Tierra suspira y llora, porque no le quedan recursos con los que seguir alimentado a sus amados hijos.
Recuerda que se puede cambiar el mundo, y se empieza a cambiar desde cada uno en su propio proceso personal con la vida; quizá pienses que no es suficiente, pero lo que sí te puedo decir ciertamente es que este mundo empezó algún día así; sólo porque alguien decidió empezar a cambiar las cosas.

jueves, 8 de octubre de 2015

La Culpa: La Mafia de la Mente

La mayor parte de la gente vive bajo una nube de culpa. Esto es debido a que la mayoría de la gente piensa que hay algo malo en ellos, o que han hecho algo malo y no se creen merecedores del amor.

Muchas veces los demás nos envían mensajes negativos porque ésa es la manera más fácil de manipularnos.

Cuando sientas que alguien pretende hacer que te sientas culpable, pregúntate: ¿qué desea esta persona? ¿Por qué hace esto?
Plantéate estas preguntas en lugar de pensar que eres realmente culpable y por lo tanto has de hacer lo que te dicen que hagas.

Muchos padres manipulan a sus hijos con la culpa, porque ellos también fueron educados de la misma manera.
Hay muchas personas que al hacerse mayores siguen siendo manipuladas por familiares y amigos, en primer lugar porque no se respetan a sí mismos y en segundo lugar, porque ellas mismas son manipuladoras.

La gente que se siente culpable piensa que hacen siempre mal las cosas, que no se comportan correctamente, y se pasan la vida pidiendo disculpas.
Si te sientes culpable puedes aprender a decir "no" y enseñar a los demás que la culpa es absurda.
No se trata de enfadarse, pero no hay por qué seguirles el juego. Si te resulta raro decir simplemente "no", dilo de esta manera: "No, no puedo hacer eso". No des explicaciones ni trates de excusarte, porque entonces la persona manipuladora tendrá argumentos para convencerte y hacer que cambies tu decisión.

Cuando los demás vean que ya no les da resultado manipularte, no lo intentarán más. Los demás sólo pueden controlarte mientras tú se lo permitas.
Es posible que te sientas culpable la primera vez que digas "no"; pero te será más fácil a medida que vayas practicando.

lunes, 13 de julio de 2015

Dar y Recibir

Todo el mundo parece entender lo que significa dar y recibir, se da algo y a cambio se recibe otra cosa. Significa, también, que lo que se da se deja, necesariamente, de tener y se pierde a favor de lo que se recibe. Esta es básicamente la idea de pensar del mundo con respecto a lo que significa dar y recibir. Pero, hay otra manera de dar y recibir.
Dentro de nosotros existen tesoros de incalculable valor. Esos tesoros son tus dones. Cuando compartes con el mundo tus dones, estos se multiplican, extendiéndose y aportando felicidad a todos aquellos que los reciben. Tus tesoros están ahí para compartirlos y comprobar como se multiplican a medida que lo haces.
La forma creativa de vivir en un mundo de paz y dicha pasa por compartir todo, para reconocer que lo tenemos todo.
Formas parte de la vida, eres vida. Nada de lo que puedas creer o pensar puede cambiar esto. Nuestras vidas pueden parecer patéticas, y lo son, cuando prestamos atención a lo superfluo y a lo perecedero. A pesar de eso, la fuerza de la vida sigue actuando en ti, ajena y segura de cual es su función.

La vida y tú estáis indivisiblemente unidos, hasta que, con tu empeño, terminas demostrando lo contrario. Sólo podemos dar lo que tenemos, aunque, en ilusiones, creamos lo contrario. Las grandes corporaciones bancarias se han encargado de potenciar la ilusión de poder dar lo que no se tiene; o por decirlo de otro modo, "su modo", puedes comprar y tener lo que desees aunque no tengas el dinero suficiente para ello. ¡¡¡Hipoteque su vida con nosotros, grandes facilidades de pago!!!

El sistema de funcionamiento con el que opera la mente es realmente fascinante y digna de admiración, aunque es engañosa, pues está basada en ilusiones. Está basada en la ilusión de que tienes que luchar para vivir hasta que te mueras. La educación judeocristiana, también, se ha encargado de enseñarnos esto, inculcándonos la idea de vivir una vida de sacrifico y de penitencia en el que el dolor y el sufrimiento son exaltados como virtudes para alcanzar aquello que queremos. También se ha inventado un mundo más allá de la muerte, del que se dan, a veces, testimonios separados. Creemos tan firmemente en estas ideas que son incuestionables y, así, vamos muriendo en la vida.
Pasamos la vida apesadumbrados y con una tristeza que no es de este mundo, y que nos encoge hasta lo más profundo de las entrañas, del anhelo que sentimos por haber perdido nuestra identidad.

La buena noticia es que la vida está contigo y que te acompaña allá donde vayas. Dale tu vida a la vida. Ofrécele tus regalos, dale tus dones y entonces estarás seguro de que los has recibido.
Agradece el hecho de estar vivo y reconócete en cada manifestación de vida. Puedes darlo igual que lo has recibido y entonces verás las maravillas incrementarse, por doquier, a tu alrededor eternamente y hasta el infinito.

Nuestra individualidad no nos salvaguarda de la destrucción. Podemos llegar a creer que estamos a salvo en nuestros frágiles cuerpos, en nuestras jaulas de cristal y cemento, y en nuestras ciudades deshumanizadas y enfermas, teniendo pensamientos separados de juicio y condenación.
Queremos creer que nos salvaremos admirando ídolos e intentando imitarlos desde la soledad más absurda. Queremos creer que estaremos seguros si tenemos muchos fajos de papel moneda y muchas posesiones, pero en el fondo de nuestros corazones seguimos sin encontrar paz.

Empezamos a despertar del sueño de la ilusión. Cada vez son más las voces que se alzan en todas las capas sociales pidiendo un mundo diferente, más humano. Un mundo que apuesta por la vida, por la paz y por la sencillez. Un mundo que quiere VIVIR. Un mundo que quiere exaltar, no sólo, los derechos humanos, sino también, los derechos del planeta, nuestra amada Madre, y todo lo que contiene, como una entidad, como un ser vivo que es, una unidad, un Todo amante y respetuoso.
Estamos empezando a caminar en esta dirección. El momento ya ha empezado y seguiremos apoyando y viviendo con la idea de que la vida es inevitable, a pesar de la muerte, y sí después de todo ésta llega, tendremos la satisfacción de haber contribuido a crear un mundo más libre, que quiere soltar las cadenas del miedo, la culpabilidad y la muerte.
La vida siempre va a estar de tu parte, hagas lo que hagas. A pesar de las creencias de insuficiencia, odio y destrucción que hay en el mundo, la vida sigue manifestándose con todo su maravilloso esplendor. ¿Cómo sería un mundo en el que todos apoyáramos continuamente la vida? Tenemos todo lo que necesitamos, en este mismo instante, para conseguir todo aquello que necesitemos o para disfrutar todo aquello que jamás habríamos pensado poder llegar a tener y, para tener eso, es imposible dar destrucción, odio y muerte, a ti mismo, a los demás, o a tu entorno vital. Las decisiones que tomes en cada momento, con respecto a lo que quieres dar al mundo, te traerán lo que recibas en la misma medida, de éste.
Observa tus hábitos cotidianos, para darte cuenta de lo que estás dando, para no lamentarte de lo que estés recibiendo. En qué cuenta estás haciendo depósitos continuamente. Los reintegros sólo los puedes hacer de tu cuenta de la vida, como podrías ver la muerte tiene poco que ofrecer. Sin embargo, los depósitos puedes hacerlos en tu cuenta de vida, así como en tu cuenta de muerte. Confía en la vida y en todo aquello que te la recuerde. Recuerda que el miedo es el que es un extraño aquí. Apuesta por la vida, después sigue la segunda estrella a la derecha y continua recto hasta el amanecer.

viernes, 9 de enero de 2015

Las Relaciones como Practica Espiritual

Las relaciones entre hombres y mujeres reflejan el profundo estado de crisis en el que la humanidad se encuentra ahora. En la medida en que los seres humanos se han ido identificando cada vez más con la mente, la mayoría de las relaciones no se arraigan en el Ser y así se convierten en una fuente de dolor y permanecen dominadas por los problemas y el conflicto.

Sin embargo, cada crisis supone no sólo un peligro sino también una oportunidad. La oportunidad que está oculta en cada crisis no se manifiesta hasta que todos los hechos de una situación dada se reconocen y aceptan completamente. Mientras se les niegue, mientras se trate de escapar de ellos o se desee que las cosas sean diferentes, la ventana de la oportunidad no se abrirá, y se permanecerá atrapado en esa situación, que continuará siendo la misma o se deteriorará más.

El reconocimiento y la aceptación de los hechos traen consigo un cierto grado de libertad. Por ejemplo, cuando sabes que no hay armonía y te das cuenta de ese hecho, a través de ese conocimiento ha aparecido un nuevo factor y la falta de armonía no puede permanecer sin cambiar. Cuando sabes que no estás en paz, tu conocimiento crea un espacio tranquilo que rodea a tu falta de paz en un abrazo amoroso y tierno que la transmuta y la convierte en paz. En cuanto a la transformación interior, no hay nada que puedas hacer. No puedes transformarte a ti mismo, y ciertamente no puedes transformar a tu pareja ni a ninguna otra persona. Todo lo que puedes hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor. Así pues, siempre que tu relación no funcione alégrate, porque eso significa que lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación. Todo el tiempo has de ser consciente de ese momento, particularmente de tu estado interior. Si hay rabia, saber que hay rabia. Si hay celos, actitud defensiva, impulso de discutir, necesidad de tener la razón, una frialdad interior que pide amor y atención, o dolor emocional de cualquier tipo, lo que sea, has de conocer la realidad de ese momento y estar atento a ese conocimiento. Si observas una conducta inconsciente en tu pareja, has de mantenerla dentro del abrazo amoroso de tu conocimiento para no reaccionar. La inconsciencia y el conocimiento no pueden coexistir durante mucho tiempo, incluso si el conocimiento está en la otra persona y no en la que está actuando llevada por la inconsciencia. La forma de energía que hay tras la hostilidad y el ataque encuentra la presencia del amor absolutamente intolerable. Si reaccionas ante la inconsciencia de tu pareja, te vuelves también inconsciente. Pero si en ese momento te acuerdas de conocer tu reacción, nada se ha perdido.

La humanidad está bajo una gran presión de evolucionar porque es nuestra única oportunidad de sobrevivir como especie. Esto afecta todos los aspectos de tu vida y las relaciones cercanas en particular. Las relaciones nunca antes han sido tan problemáticas ni han estado tan cargadas de conflicto como ahora. Como habrás notado, su objetivo no es hacerte feliz o realizarte. Si continúas persiguiendo la meta de la salvación a través de una relación, te desilusionarás una y otra vez. Pero si aceptas que la relación es para hacerte consciente en lugar de feliz, entonces sí te ofrecerá salvación y te sintonizarás con la conciencia superior que quiere nacer en este mundo. Para quienes se aferran a los patrones antiguos, habrá cada vez más dolor, violencia, confusión y locura.

sábado, 3 de enero de 2015

La Personalidad en Funcion de la Energia

Hay energía en todos los procesos de la vida –en el movimiento, en el sentimiento y en el pensamiento− pero estos procesos pueden interrumpirse si falta al organismo el suministro de energía. Así, por ejemplo, la carencia de alimento agotaría tan gravemente la energía del organismo, que se produciría la muerte; e, igualmente, suprimir el oxígeno necesario obstaculizando la respiración podría ocasionar la muerte al individuo.

Un fuego corriente se apaga cuando se acaba el combustible que lo mantiene; además arde indiscriminadamente, sin reparar en la energía liberada por la combustión. El organismo viviente es, por el contrario, un fuego independiente, autorregulador y perpetuador de sí mismo. Sigue constituyendo el gran misterio cómo se desarrolla este milagro de arder sin encenderse ni agotarse. No somos capaces todavía de dilucidar este enigma, pero es muy importante procurar entender algunos de los factores que intervienen en el fenómeno, porque todos queremos mantener constante y brillantemente encendida la llama de la vida dentro de nosotros.

No estamos acostumbrados a pensar en la personalidad en función de la energía, pero son dos valores que no pueden disociarse. La cantidad de energía que tenga el individuo y la forma en que la use determina su personalidad y se refleja en ella. Unos tienen más energía que otros. Una persona impulsiva, por ejemplo, no puede recibir en su nivel de excitación o energía ningún aumento: tiene que descargar el exceso lo más rápidamente posible. El individuo compulsivo usa su energía de modo distinto: tiene que descargar su excitación, pero lo hace según patrones de movimiento y conducta rígidamente estructurados.

La relación de la energía con la personalidad se manifiesta más claramente en una persona deprimida. Aunque la reacción y la tendencia depresiva derivan de la interacción de factores psicológicos y físicos complicados, hay algo perfectamente claro. El individuo deprimido lo está también en su energía. Los estudios filmados muestran que solo realiza la mitad aproximadamente de los movimientos espontáneos que efectúa el individuo no deprimido. Si el caso es grave, puede quedarse sentado inmóvil, apenas realizando movimiento alguno, como si no tuviese energía para obrar. Su estado subjetivo responde muchas veces a esta imagen objetiva. Generalmente cree que le falta energía para seguir moviéndose. Acaso se lamente de sentirse sin fuerzas, aunque no está cansado. La depresión de su nivel de energía se observa en la disminución de todas sus funciones energéticas. Su respiración está deprimida, su apetito está deprimido, su ímpetu sexual está deprimido. En tal estado quizás no pudiese reaccionar a nuestras exhortaciones de interesarse por algo: literalmente, “no tiene la energía” necesaria para sentir interés por nada.
La manera más inmediata de ayudar a estas personas a recuperar su energía es aumentar su toma de oxígeno. Es decir, hacerles respirar más profunda y plenamente. Hay diversas formas de ayudar a una persona a movilizar su respiración y partiendo del supuesto de que el individuo no puede hacerlo por sí mismo, eso significa que quien le ayude ha de poner en juego “su propia energía” para hacerle entrar a la persona deprimida en actividad. Esto requiere dirigirlo a realizar bajo nuestras indicaciones ciertas actividades sencillas que poco a poco dan profundidad a su respiración, y practicarle presiones y tactos físicos para estimularla. Lo importante es que, al reactivarse la respiración del individuo, su nivel de energía se eleva. Cuando llega a cargarse, puede producirse en sus piernas un suave temblor o vibración involuntaria. Esto se interpreta como señal de que circula por su cuerpo cierta corriente de excitación, especialmente en la parte inferior. Su voz puede hacerse más sonora, porque es mayor la cantidad de aire que fluye a través de su laringe, y el rostro puede tornársele radiante. Quizás no se necesiten más de veinte o treinta minutos para lograr esta mutación y para que la persona se sienta “revitalizada”. En efecto, ha salido temporalmente de su estado depresivo.

Aunque se observa inmediatamente y se experimenta enseguida el resultado de la respiración más profunda y plena, no es la cura de la condición depresiva. Ni dura su efecto, puesto que la persona no es capaz de mantener espontáneamente esta cualidad profunda de la respiración. En dicha incapacidad radica el problema de la depresión, que no puede resolverse sino por medio de un análisis concienzudo de todos los factores que han contribuido al decaimiento del cuerpo y a la personalidad deprimida. Pero tampoco el análisis valdrá gran cosa si no va acompañado de un esfuerzo asiduo por elevar el nivel de la energía personal, cargando el cuerpo energéticamente.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El Primer Nivel de Percepcion en el Ser Humano

El ser humano es un animal óptico porque un tercio de sus vías nerviosas están destinadas a los ojos.
Los ojos, así como los oídos y la nariz, desde el nacimiento, deberían ser integrados inmediatamente en un funcionalismo unitario porque de lo contrario el individuo, al carecer de contacto con la realidad, llegaría a falsos contactos, es decir, a la disociación.

El hipotálamo es el primer cerebro en la evolución.

La conciencia es, en efecto, autopercepción, y para tenerla es necesario que los estímulos sensoriales provoquen un sentimiento de excitación. La ruptura entre sensación y percepción provoca el pánico, la interpretación errónea de la realidad, la confusión, la falta de orientación, la incoherencia, en definitiva, una imposibilidad de identificación, que determina la ausencia de identidad, pudiendo definir a este individuo como psíquicamente sordo y ciego.
Un bloqueo parcial a este nivel, está indicando una personalidad psicótica caracterizada por una reactividad, el sujeto no es activo, creativo, sino que responde al medio y, en particular, a los estímulos visuales, con una predilección por la forma en detrimento del fondo.

La ansiedad parece ser una manifestación de agresividad negativa dirigida contra uno mismo y depende de una disfunción respiratoria causada por el bloqueo del diafragma. La agresividad es una manera de acercarse, de contactar: los telerreceptores de los ojos, los oídos y la nariz tienen por función, desde el nacimiento, tomar contacto con el mundo exterior. El feto percibe los sonidos como vibraciones, radicando en ello el contacto inicial con la realidad materna; el nacimiento, en la mayoría de los casos, se vive como un traumatismo: la emoción existencial primaria del miedo deriva de este traumatismo y del trastorno de los telerreceptores.

La emoción primaria del miedo en los primeros momentos de la vida determina una pérdida de tono, conduciendo a una vasodilatación que potencializa la vasoconstricción a fin de asegurar la homeostasis. En la práctica, la vasodilatación que tiene todas las características de una parálisis, puede llegar a ser mortal, a no ser que se elimine por medio de una descarga energética por los ojos (la mirada fulminante de hostilidad): esto es el origen de la vasoconstricción; por eso se puede considerar la hostilidad como una emoción secundaria.

El córtex en sí mismo no tiene sensibilidad local, pero cada parte de la superficie cerebral corresponde, desde el punto de vista sensorial o motor, a una manifestación del individuo. Es por eso que una estimulación en una zona cualquiera puede dar una respuesta periférica. El cerebro está dividido en lóbulos:
• Lóbulo frontal
• Lóbulo occipital
• Lóbulos parietales (dos)
• Lóbulos temporales (dos)
• Ínsula

Las enfermedades clásicas de la vista: astigmatismo, miopía, presbicia, hipermetropía, son siempre consecuencia de una tensión crónica de los músculos externos del ojo y del músculo interno, el ciliar. Dicha tensión está en relación directa con las tensiones psíquicas aparecidas después del nacimiento. El bloqueo es el resultado de esa tensión que llegó a ser crónica.



Los actings recomendados para los trabajos en el primer nivel y más concretamente con los ojos son:
1. Rotación de los ojos. Este acting da al sujeto la capacidad de dominar el espacio y el tiempo.
2. Mirar alternativamente a la derecha y a la izquierda sin girar la cabeza. Este acting reproduce el fenómeno acontecido en el noveno mes de la vida, denominado por Spitz el “miedo a lo desconocido”. Dicho acting facilita la descarga de rabia, la desconfianza y la hostilidad reprimida desde el momento del destete.
3. La movilidad significa la posibilidad de desplazarse, actividad que solo puede llevarse a cabo si el bebé es capaz de ver a su alrededor, para entrar en posesión de la 4ª dimensión de espacio-tiempo. En tal caso, el acting propuesto es la rotación completa de los ojos sin mover la cabeza para mirar detalladamente, y no solamente ver alrededor de sí.

Las perturbaciones de la visión se acompañan de una tensión crónica de los músculos del cuello.

sábado, 1 de noviembre de 2014

El Proposito Espiritual de la Enfermedad

Ser médico del cuerpo o del alma significa habitar los pasajes fronterizos entre la vida cotidiana y el más allá. Una enfermedad mortal concluye una fase de la vida, cuando no la vida misma. El médico del cuerpo o del alma es testigo y partícipe del desenlace.
El impacto de una enfermedad mortal es semejante al de una piedra al caer en la superficie remansada de un lago, la conmoción se proyecta en anillos concéntricos conforme las emociones, los pensamientos y las reacciones irradian desde ese centro. Afecta a las relaciones entre personas, conmueve profundamente a los demás, implica potencialmente al paciente y a cuantos se ven afectados en lo más profundo de sí mismo, en el alma. Cuando el cuerpo o la mente padecen o caen presa de la enfermedad, afloran preguntas espirituales acerca del sentido de la vida. La curación y recuperación puede depender tanto o más de una profundización de las relaciones y de la implicación con la propia vida espiritual que de la pericia médica.

La enfermedad conmociona el alma. Perdemos la inocencia, nos sabemos vulnerables, dejamos de ser quienes éramos antes de este acontecimiento y nunca volveremos a nuestro estado anterior. Estamos en un territorio inexplorado y no hay vuelta atrás. La enfermedad es un acontecimiento profundamente espiritual, y sin embargo esta realidad se ignora y prácticamente no se aborda. En cambio, todo parece concentrarse en la parte del cuerpo que ha enfermado, ha sido herida, sufre una disfunción o permanece fuera de control.
Es estrés psicológico es un aspecto esencial de la prueba que ha de atravesar el alma. El modo en que percibimos lo que nos ocurre a nosotros o a un ser querido modela nuestros pensamientos mucho más que la información objetiva. Cuando algunas personas caen presa de la angustia del dolor, los impedimentos, la debilidad o las náuseas, esa experiencia desagradable no será sólo momentánea sino que la supondrán interminable, mientras que otras que afrontan los mismos síntomas los vivirán como parte de una etapa difícil que tendrá su fin. Si no se alivia el dolor, o la mente se ve asaltada por pensamientos negativos y obsesivos, hay poco espacio para ocuparse de asuntos espirituales.

Para atender al alma, la mente ha de aquietarse. Mostrar el aspecto espiritual de uno mismo perturba a aquellos que habitan en aguas más calmas. Las preguntas de naturaleza espiritual son aquellas que las personas adictas al trabajo, al alcohol o a actividades frívolas conjuran mediante sus adicciones. No se atreven a ahondar en esas dudas, tal como nosotros las expresamos.
Un amigo del alma es un santuario, alguien a quien podemos decir la verdad de lo que sentimos, sabemos o percibimos. Cuando expresamos algo de profundidad espiritual, los demás no pueden desdeñarlo. Minimizarlo, negarlo o tomárselo personalmente; lo que decimos ha se ser acogido, escuchado, aceptado y sostenido, como en una matriz que pueda desarrollar y traer enteramente a la conciencia cuanto nos importa y la imagen que tenemos de nosotros mismos.

El restablecimiento de la salud del alma y del cuerpo puede darse o no simultáneamente; puede advenir la curación y que el cuerpo no sobreviva. Después de todo, la vida es una situación Terminal. La cuestión es cómo y cuándo moriremos, no si hemos de morir. La enfermedad nos priva de nuestra vida y asuntos cotidianos y nos enfrenta a grandes interrogantes y a la oportunidad de acceder a un conocimiento espiritual que puede transformar la situación y a nosotros mismos. Las oraciones y los ritos que cumplimos ayudan a concentrarnos y acceder a energías espirituales.
En un nivel espiritual podemos advertir claramente lo que importa y reconocer la realidad de nuestra situación personal. Nos hacemos conscientes de que somos seres espirituales abocados a una senda humana antes que seres humanos que pueden seguir un camino espiritual. Reconocemos lo que es sagrado y eterno. Desde una perspectiva espiritual, una enfermedad, aun terminal, es un indicio, una etapa subliminal en la que nos encontramos entre el mundo cotidiano y el mundo invisible.

lunes, 27 de octubre de 2014

Comprendiendo la Sincronicidad

«Cuando el alumno esté preparado, el maestro vendrá.» Este antiguo proverbio chino describe una idea básica en el pensamiento oriental: la conexión entre la psique humana y los acontecimientos externos, entre el mundo interior y el mundo exterior. La sincronicidad, definida por Carl Gustav Jung como una “coincidencia significativa”, es uno de los modos en que esta conexión se expresa en nuestras vidas diarias. El pensamiento oriental ha estudiado la conexión fundamental entre nosotros y los demás, entre nosotros y el universo, la realidad esencial, y le ha dado el nombre de Tao. Para aquellos que han experimentado el poder de los acontecimientos, sueños y encuentros que parecen entrañar un sentimiento que trasciende su apariencia, puede ser una ventana hacia un universo más vasto y completo que el mundo del razonamiento lógico y los hechos concretos.

Podemos comprender inmediatamente la sincronicidad cuando observamos cómo opera en nuestra vida cotidiana. Además de conferir un sentido a los hechos cotidianos, el concepto de sincronicidad puede procurarnos nuevas perspectivas respecto a ciertas ideas. Por ejemplo, el I Ching es un método oracular en el que un interrogante produce deliberadamente una “lectura” por medio de la sincronicidad, que entonces guía las acciones o actitudes apropiadas a ese momento y situación. La sincronicidad arroja luz en la investigación parapsicológica, que acredita la existencia de vínculos entre nosotros y los demás, entre nosotros y los objetos.
Gran parte del valor de la sincronicidad reside en su capacidad de adherirnos a un sentido dado, un principio intuitivamente conocido en nuestra vida, a partir del cual podemos encontrar un “sendero del corazón”, un tao, un modo de vivir en armonía con el universo. La sincronicidad puede aportarnos la confirmación de que estamos en el camino adecuado, así como hacernos conscientes de que no lo estamos.
Finalmente, en el nivel más profundo, la sincronicidad puede abrirnos al conocimiento de que formamos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos, y a un sentido de totalidad en el arquetipo del sí mismo, expresando metafóricamente en la leyenda del Santo Grial, en el concepto del reino de Dios, o en la disolución en el Tao.

La mayor parte del tiempo estamos activos, imitando lo que es preciso hacer y rodeados de gente. Nos centramos en lo que tenemos delante, afanándonos en los bienes materiales de nuestras vidas con el tiempo apresurado y el limitado espacio disponible. No podemos ver las estrellas con la luz de nuestro mundo cotidiano. Aún de noche, nuestra visión del cielo está limitada por las luces de nuestras ciudades y la contaminación de nuestras máquinas. Permanecemos recluidos en edificios, enclaustrados, privados de la naturaleza circundante; nos afanamos de tal modo con nuestros asuntos vespertinos que no somos capaces de alzar la mirada y experimentar el asombro del cielo nocturno. Pero, aunque no lo vemos, las estrellas siguen ahí. Hay un universo que continúa moviéndose, infinito, atemporal, en continua expansión, del cual formamos parte. Comprender esto intuitivamente, contemplando un fragmento de cielo nocturno, antes de caer de nuevo en el sueño, puede ser similar a los que el estudiante zen persigue en la meditación: ese momento de iluminación repentina en la que se experimenta la visión del Tao.

El conocimiento intuitivo de que hay un universo reglado, o un sentido subyacente a cada experiencia, o una fuente original, con la cual “yo” estoy conectado, evoca siempre un sentimiento de reverencia. Esto es algo más intuido que pensado, por lo que las palabras que traten de explicarlo resultan inadecuadas; tal como comienza el Tao Te Ching, de Lao Tsé, « El Tao que puede ser expresado no es el Tao perpetuo»; sin embargo, los ejemplos ayudan a la comprensión, porque casi todos nosotros, frecuentemente en etapas tempranas de nuestra vida, hemos tenido una intimidad con lo que se llama el Tao.
Hay buenas razones para discutir lo que no puede conocerse enteramente a través de las palabras –porque podemos preparar el modo en que sobrevendrá una experiencia–. El conocimiento intelectual y la aceptación de un concepto espiritual, unido a la receptividad y la abertura, ponen los cimientos para una experiencia intuitiva que puede acontecer más adelante. Como dice el proverbio oriental, «Cuando el alumno está preparado, el maestro vendrá».

Jung describió la sincronicidad como un principio conector casual que se manifiesta mediante coincidencias significativas. No hay explicaciones racionales a estas situaciones en las que una persona tiene un pensamiento, un sueño, o un estado psicológico interno que coincide con un acontecimiento. Por ejemplo, una mujer tiene el sueño vívido de que la casa de su hermana está ardiendo e impulsivamente la telefonea para comprobar si se encuentra bien: hay fuego, y la llamada que la despertó quizás haya salvado su vida. O un investigador se atasca en un punto crucial y necesita cierta información abstrusa, muy técnica, y en una cena de recogida de fondos se encuentra inesperadamente sentado junto a la persona que posee esa información. Una mujer llega a una ciudad deseando encontrar a una antigua compañera de habitación; no la localiza, y al entrar en un ascensor atestado la encuentra en él. Pienso en alguien, suena el teléfono, y quien llama es la persona que tenía en mente.
Todos estos son ejemplos de sincronicidad, que varían desde lo dramático al lugar común. En cada situación, alguien se tropezó con una coincidencia y no pudo explicar cómo había ocurrido. Intuitivamente, cada acontecimiento fue significativo y abrió la posibilidad de que allí hubiera una conexión invisible, desconocida, o un modo en el que se desarrollan esos hechos.
Al decir que este fenómeno era “sincronicidad”, Jung le dio un nombre. También señalo su importancia, diciendo que «la comprensión de la sincronicidad es la llave que abre la puerta a la percepción oriental de la totalidad, que nos parece tan misteriosa».

A través de la sincronicidad, la mente occidental puede llegar a conocer lo que representa el Tao. Como concepto, la sincronicidad tiende un puente entre Oriente y Occidente, filosofía y psicología, el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. La sincronicidad es el Tao de la psicología, pues relaciona el individuo con la totalidad. Si personalmente advertimos que la sincronicidad opera en nuestras vidas, nos sentimos conectados a los demás, antes que aislados y malavenidos; sentimos que formamos parte de un universo divino, dinámico e interrelacionado. Los acontecimientos sincronísticos nos ofrendan percepciones que pueden resultarnos útiles en nuestro crecimiento psicológico y espiritual, y acaso nos revelen, a partir de un conocimiento intuitivo, que nuestras vidas tienen sentido.

Hay algo asombroso y humilde, y sin embargo emocionante y cómplice en el hecho de vislumbrar el Tao a partir de acontecimientos sincronísticos. Al igual que no podemos ver las estrellas al mediodía, en nuestras mentes occidentales no se dan las condiciones adecuadas para “contemplar” un modelo de unidad subyacente. En el momento en que, con nuestra conciencia occidental, también seamos capaces de percibir una realidad espiritual, acaso sea posible que nos volvamos conscientes de ser individuos aislados pero unidos a un todo más vasto: de vivir en un mundo con un tiempo lineal, pero capaces de experimentar la atemporalidad de una realidad eterna de la que somos parte; de ver la luz diurna tanto como con visión nocturna, entonces sentimos nuestra conciencia en movimiento, ya no detenida.

jueves, 25 de septiembre de 2014

La Llegada del Otoño

El equinoccio de Otoño marca un momento de tránsito o paso, es ese instante en el que el tiempo de luz se iguala al de oscuridad en la tierra. El verano se acaba y es tiempo de volver a la rutina diaria, por ello hemos de pautar un ritmo a nuestro cuerpo para que se acompase con el de la naturaleza.

Cuando llega el otoño siempre estamos algo revolucionados por los nuevos y demasiados planes que tenemos por delante para la nueva temporada yendo en la contra de lo que el ciclo de la naturaleza nos pide. La tierra sugiere que nos acompasemos a ella, que nuestras noches y descansos empiecen a ser más largos, que hagamos un cultivo interior de nuestro ser y que nos centremos para saber aquello que en realidad queremos.

El Otoño es un buen momento para purificar el cuerpo de los excesos del verano; la desintoxicación otoñal es clave y sirve de preparación para el invierno. La energía yang o masculina va menguando y la energía yin o femenina va cobrando cada vez más fuerza. Todo lo relacionado con lo femenino como la quietud, la receptividad, el cuidado, el mimo o la intuición va cobrando mayor protagonismo.

El equinoccio de Otoño, que marca la igualdad entre el día y la noche, nos ofrece un guiño para que nos ajustemos y reequilibremos. De alguna manera siempre añoramos la sensación de equilibrio tanto corporal, como mental y emocional, queremos actuar de una manera equitativa y centrada. Sin embargo este “equilibrio” es algo engañoso, pues en realidad siempre estamos en equilibrio, nuestros desajustes siempre son compensados por medio de una acción en el otro lado del cosmos, y volverá a nosotros un tiempo después como consecuencia directa de nuestro acto realizado.
Aunque siempre estamos en equilibrio, sin embargo pocas veces nos sentimos equilibrados.

El equinoccio de Otoño es un momento de invocación de diosas de la naturaleza (Cibeles, Gaia, Bamba, Demeter… o incluso Isthar) aquellas que nos traen al momento presente y que nos muestran el agradecimiento por lo que tenemos, a la vez que piden un retiro para recuperar nuestra energía. Cualquier cosa que hagamos con este fin nos vendrá bien, así sea un paseo pisando las hojas otoñales de los árboles, mirar la luna llena o un fin de semana en un balneario disfrutando de un descanso en el agua; todas estas pequeñas acciones nos ayudaran para volver al ritmo otoñal que Gaia alimenta.
En la naturaleza se recogen los frutos silvestres y es el momento preciso de recolectar y atesorar en el alma los pequeños regalos que nos ha ido otorgando el año. El estío se termina y es el momento de ir cerrando nuestro ciclo anual pues hemos de preparar nuestro interior para el ciclo que comienza.

El otoño nos pide un tiempo para nosotros mismos, relajación, asimilación del verano y de todas nuestras aventuras, una unión con el alma y profundidad para llegar a nuestros verdaderos sentimientos. Es el momento de bajar a nuestro inframundo, de cruzar el velo, de sentir nuestro ser, de entrar dentro con conciencia y alinearnos con nuestros verdaderos anhelos. Es el momento de parar y no dejar que la vorágine de la “civilización” nos envuelva, sino que nos reconectemos con nosotros mismos.
Con esta idea de volver a nosotros comenzamos esta época tan bonita del año, el otoño, sin perder de vista que no hemos de buscar un equilibrio porque siempre estamos en él, sino que hemos de caminar equilibrados con los anhelos de nuestra alma y nuestro ser.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Amar y Sanar

A ti que necesitas hablar...
Hablar libera... suelta cadenas, evapora fantasmas, disipa sombras, disuelve energías pesadas.
Hablar reorganiza lo que sentimos, aclara lo que tenemos confuso, reprograma ADN, devuelve extraviados, aquieta tempestades.
Hablar y ser escuchado, hablar y no ser interrumpido, hablar y ser comprendido, hablar y no sentirse juzgado.
Hablar nuestra verdad, decir nuestra vulnerabilidad, decir nuestro genuino sentimiento, nuestro deseo, nuestro miedo.
El más profundo acto de sanación, es hablar.

A ti que escuchas...
Escuchar acompaña, escuchar enseña, escuchar con paciencia, escuchar con respeto, escuchar la verdad del otro, escuchar hace magia, escuchar sin levantar muros, escuchar sin defenderme, escuchar sin sentir miedo, escuchar sin querer controlar, escuchar sin desviar lo que dicen hacia mí, escuchar limpiamente, sin ironía, si burla, sin imponer, escuchar sin resistirme, escuchar sin argumentar, escuchar sin amonestar, escuchar sin sermonear, sin persuadir, sin aconsejar.
Escuchar el sentimiento, escuchar el miedo del otro.
El más profundo acto de amor, es escuchar.

domingo, 1 de junio de 2014

Las Cinco Tipologias Humanas

La diátesis no supone más que una tendencia o disposición de la persona a padecer determinadas patologías, que no necesariamente debe sufrir, en función de factores hereditarios, inmunológicos y comportamentales.
La diátesis se puede definir como "Disposición a padecer" y clásicamente se consideran cinco: la 1ª diátesis o hiperreactiva, la 2ª o hiporreactiva, la 3ª o distonía neurovegetativa, la 4ª o anérgica, y la 5ª o síndrome de desadaptación.

Las diátesis 1ª y 2ª, también llamadas diátesis jóvenes, son constitucionales, no así las restantes. Según la forma de comportarse se tienen en cuenta, en cada diátesis, tres niveles: físico, intelectual y psicológico. Además, y sin tener por qué padecerlos, pueden presentarse algunos, muchos o casi ninguno de los síntomas propios de cada diátesis durante algún tiempo de la vida.

Al igual que en la Medicina Tradicional China respecto al yin y el yang: "Tampoco las diátesis son puras, en cada una de ellas hay mezclas más o menos intensas, hasta llegar al paso de una a otra, sin estabilidad, todo está en cambio permanente, lo que es importante en el tratamiento o terapia en cada momento y con cada persona".

Diátesis 1 - Elemento Madera
Oligoelementos: Manganeso
Afección: Alergias
Órganos: Músculos y Nervios
Son personas que tienen que hacer ejercicio constantemente. Lo importante para ellos no es la enfermedad sino que no puedan moverse.
Son líderes, los demás han de seguirles. La palabra que los define es: acción.
Los niños de esta diátesis suelen padecer vómitos, les cuesta dormir, acostarse y luego levantarse por las mañanas. Suelen tener problemas de visión (miopía).
Sabor: Ácido (agrio) Estación: Primavera Atributo atmosférico: Viento Elementos Chao Yang: (VB). Son coléricos, se suelen comer las uñas, activos, acción. Aquí suele producirse el hipertiroidismo.
Elementos Jue Yin: (H). Irritables, les recome por dentro los nervios. Hipocondríacos.
Diátesis 1 Alérgica - Artrítica.
Forma de las manos: alargada, los dedos y la palma, también.

Diátesis 2 - Elemento Metal
Son personas con rigidez en el organismo, echado hacia delante
Órganos: Pulmón e Intestino Grueso
Hiposténica - Artrotuberculosa
Sistema Linfático. Piel. Pelo.
Sabor: Picante
Color: Blanco
Estación: Otoño
Atributo atmosférico: Sequedad
Elementos reguladores: Manganeso/Cobre
Aquí suele producirse el hipotiroidismo
Yang Ming: Intestino Grueso. Flemáticos (flemas, congestión), muy activos, muy constantes, muy tozudos, tienen que controlarlo todo. Les gusta mucho los lácteos.
Tae Ming: Pulmón. Románticos, tristes, apáticos. Amantes de la justicia. Otoño. Les gusta los trabajos de precisión y les gusta también mucho la sangre.
Forma de las manos: dedos largos, palma estrecha. Tiene muy pocas estrías. La forma de los dedos hace zig-zag.
Los niños suelen tener problemas respiratorios, son niños tristes, con poco apetito, se dan problemas de raquitismo. Los dientes suelen estar mal colocados. Las paletas sobre todo.
Los adultos tienen poca capacidad pulmonar y problemas respiratorios, les gusta la soledad, románticos, tristes, pesimistas, muy frioleros (aunque no tanto como los del elemento agua).

Diátesis 3 - Elemento Fuego
Distónica - Neuroartrítica
Órganos: Corazón, Intestino Delgado, Maestro de Corazón, Triple Calentador
Regula: Manganeso/Cobalto
Sabor: Amargo
Emoción: Alegría - Risa
Son personas que siempre tienen que llevar la voz cantante. No soportan la debilidad. Bien constituidos físicamente. Muy excitables, misteriosos, les gusta tener que llevar las riendas.
Niños:
a) Hipersensibles, muy desobedientes, les encanta jugar. Picos muy altos en fiebre, anginas frecuentes, escarlatina.
b) Muy tímidos, hipersensibles, enfermizos, les marca mucho lo que viven en la infancia, humor muy variable.
Tae Yang: (ID), (TR), pasión, fuego, energía, muy activos, muy sensibles, aunque no les gusta que se les note, muy fieles, idealistas, muy ambiciosos, muy seguros de sí mismos.
Chao Yin: (C), (MC), se infravalora mucho, mala memoria, inseguros, humor cambiante, promiscuos.
La forma de las manos: dedos muy abiertos, pianistas, bailarines.

Diátesis 4 - Elemento Agua
Anérgica
Órganos: Vejiga, Riñón, Huesos, Sistema Inmunológico, Médula Espinal
Regula: Cobre/Oro/Plata
Color: Negro
Sabor: Salado
Emoción: Miedo
Son personas tímidas, angustia, ojos bajos, kinestésicos.
Chao Yin: (R). Son personas sentimentales, miedosos, angustiados, con miedo a todo, muy amantes de los animales, insaciables en la sexualidad, obsesión, complejo de inferioridad.
Tae Yang: (V). Rigidez, muy activos, muy nerviosos, muy rebeldes y con complejo de superioridad.
Forma de las manos: mano pequeña, manos fofas con mucha retención de líquidos, mano regordeta con tonalidades negruzcas. Dedos cortos hinchados, manos húmedas.
Niños: enfermizos, apáticos, no juegan, muy sensibles, muy introvertidos, problemas de neurosis, fiebres reumáticas (ataque de fuego al elemento agua).

Diátesis 5 - Elemento Tierra
Órganos: Estómago, Bazo-Páncreas
Emoción: Inadaptación
Regula: Zinc/Níquel/Cobalto (Hipofisipancreáticos)
Regula: Zinc/Cobre (Hipofisigonádicos)
Atributo atmosférico: Humedad
Color: Amarillo
Son personas siempre con preocupación, tienen que comer, les gusta mucho el dulce, son bajitos y rechonchos. Carne, tejido conjuntivo, labios gruesos, mejillas sonrojadas.
Yang Ming: (E). Emotivos, activos, sanguíneos, joviales, alegres, facilidad para hacer amigos, sociables, tienen que compartir todo, hasta a la mujer, obsesión con el ejercicio.
Tae Yin: (BP) Amorfo, tranquilos, mala memoria, obsesivos, muy influenciados por la madre.
Niños: gruesos, mofletudos, gruesos, problemas de visión (astigmatismo) problemas de paperas, vientre hinchado.
Adultos: perezosos, dificultad en las decisiones, diabetes, calvicie, frigidez, impotencia, les falla la memoria, hernia de hiato, úlceras gastroduodenales.
Forma de las manos: cortas, robustas, fuertes, dedos gordos y fuertes, palma cuadrada.

domingo, 18 de mayo de 2014

El Concepto Holistico del Ser

Al nacer, salimos de nuestra “casa” y nos encontramos con un regalo: nuestro cuerpo. Un carruaje diseñado especialmente para cada uno de nosotros. Un vehículo capaz de adaptarse a los cambios con el paso del tiempo, pero que será el mismo durante todo el viaje.
A poco de nacer, nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje —el cuerpo— no serviría para nada si no tuviese caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llevaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de refrenarlos. Aquí es cuando aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente. Ese cochero manejará nuestro mejor tránsito.
Hay que saber que cada uno de nosotros es por lo menos los tres personajes que intervienen aquí.
Cada uno de nosotros somos el carruaje, somos los caballos y somos el cochero durante todo el camino, que es nuestra propia vida.
La armonía se debe construir con todas estas partes, cuidando de no dejar de ocuparnos de ninguno de estos tres protagonistas.
Dejar que el cuerpo sea llevado sólo por los impulsos, los afectos o las pasiones puede ser y, de hecho, es sumamente peligroso. Es decir, se necesitas de la cabeza para ejercer cierto orden en la vida.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son los caballos. No se puede permitir que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque... ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de ti si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje.
Obviamente, tampoco puedes descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el trayecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje.
Recién cuando puedo incorporar esto, cuando sé que soy mi cuerpo, mi dolor de cabeza y mi sensación de apetito, que soy mis ganas y mis deseos y mis instintos; que soy además mis reflexiones y mi mente pensante y mis experiencias... Recién en ese momento estoy en condiciones de empezar, equipado, este camino, que es el que hoy decido para mí.

miércoles, 16 de abril de 2014

Bloqueos Energeticos

El ser vivo es lo que es porque posee una carga energética, la cual comporta una circulación pulsante y un metabolismo propio.

La pulsación energética es cósmica, inscrita en la materia. El aura, la luz que podemos visualizar, incluso fotografiar con el método Kirlian, nos lo demuestra. La materia no-viva no dispone de actividad funcional y su metabolismo energético es solamente catabólico.
Pero, la materia viva posee una carga energética que le hace funcional al tener un metabolismo anabólico y catabólico. Dicho metabolismo tiende hacia la homeostasis.

El equilibrio se expresa a través de los ritmos biológicos naturales, fácilmente perturbados por factores externos.
El cuerpo humano debe ser considerado como una estructura energética que se interrelaciona dialécticamente con el entorno.

Se es ser vivo precisamente, cuando se establece contacto con el exterior y consigo mismo, es decir con lo diferente y con uno mismo. El contacto consigo mismo determina el estado de conciencia, teniendo en cuenta, que dicho estado se adquiere gracias a los receptores propios y externo-receptivos, en el mecanismo de la percepción que deviene de la auto-percepción.
El estado de conciencia sano se activa dialécticamente por una buena relación con el mundo interior y con el mundo exterior: fundamental para el establecimiento de un buen contacto con los demás.
Esta significación de la vida del individuo se expresa en la fórmula "tensión-carga; descarga-relajación", como compulsión energética. Esta fórmula, considerada en sus parámetros físicos, está hoy en día bloqueada parcialmente en la mayoría de los seres vivos, por esta razón no podemos vivirla de manera plena. Si nos preguntamos el porqué de dicha situación, tenemos que decir que esta fórmula de la vida presupone una circulación energética pulsante, sin obstáculos, pero nosotros nos encontramos casi siempre en la situación inversa.

Cuando se estudia el funcionamiento del hombre, es decir, de su cuerpo, es necesario distinguir:
- La vida embrionaria
- La vida fetal
- La vida post-natal

El estrés en la vida embrionaria ataca a los genes. En la vida fetal, a través de la mediación materna, incide principalmente en la piel, en el aparato auditivo y en el de la circulación. El feto puede así tener una simpaticotonía inducida por la madre.

El recién nacido está siempre expuesto al estrés que incide en los cinco sentidos: tacto, oído, vista, olfato y gusto.
Los mecanismos estresantes, cuando se expresan en el feto, se deben a una aportación energética nutritiva deficiente por los tejidos y se manifiesta en malformaciones o también con lesiones orgánicas llamadas enfermedades en el sentido tradicional del término.
En el caso contrario, si es la distribución de la circulación energética la perturbada, la manifestación patológica es de tipo funcional y acontece en la vida post-natal. En este caso, la dinámica del contacto se perturba; dicha dinámica precede al funcionamiento de la sensorialidad.
Desde el punto de vista neuropsicológico, debemos decir que cada estimulación sensorial determina una percepción, la cual podría ser gratificante o frustrante, pudiendo haber una respuesta parasimpática o simpática. Esta respuesta está vehiculada por la circulación sanguínea cuya aportación energética está ligada no solamente a los glóbulos rojos y a las hormonas, sino también, y sobre todo, a los iones plasmáticos que poseen una carga energética específica. Por ejemplo, la adrenalina estimula el simpático cuando en un órgano prevalece la influencia del simpático, pero si prevalece la del parasimpático y los iones potasio, la adrenalina actúa en sentido contrario de manera parasimpaticomimética.

En función de la calidad y de la cantidad de estimulación, la respuesta que viene del interior se exterioriza; a esto le llamamos emoción.
La emoción se expresa o se reprime; se traduce por la contracción o el ablandamiento muscular, siendo responsable del comportamiento.
La imposibilidad de expresar un mecanismo de defensa, por ejemplo la huida, determina el bloqueo del nivel sobre el cual actúa la estimulación.

Distinguimos tres tipos de bloqueos: primitivos, principales y secundarios. El bloqueo primitivo desde el punto de vista biográfico se constituyó el primero, pero para defenderse contra él, el organismo bloquea aún más otro nivel, creando el boqueo principal. Otros mecanismos de defensa, inducidos, en general, por los anteriores tipos de bloqueo hacen su aparición: son los bloqueos secundarios.
Dichos bloqueos son siempre de naturaleza muscular. Si se produjeron al principio de la vida post-natal se fijaron, ya que la memoria emocional está anclada en el aparato neuro-muscular, mientras que la memoria intelectual está ligada a la célula nerviosa misma. Este bloqueo tiene una significación precisa, dando un estigma individual, un rasgo en la personalidad del individuo.


Los Segmentos en la Terapia Reichiana (SPD)

miércoles, 29 de enero de 2014

Cambiar tu Vida es Cambiar tu Energía

Nos comunicamos con el campo cuántico sobre todo por medio de los pensamientos y sentimientos. Como nuestros pensamientos son en sí mismos energía —como ya sabes, los impulsos eléctricos del cerebro se pueden medir con un electroencefalograma—, son uno de los principales medios con los que enviamos señales al campo.
Antes de explicar con más detalle cómo funciona, me gustaría compartir contigo un estudio sorprendente que demuestra cómo nuestros pensamientos y sentimientos influyen en la materia.

Glen Rein, biólogo celular, creó una serie de experimentos para comprobar la capacidad de los sanadores de afectar los sistemas biológicos.
Como el ADN es más estable que sustancias como las células o los cultivos bacteriológicos, decidió que los sanadores sostuvieran tubos de ensayo que contenían ADN.
Este estudio tuvo lugar en el Centro de Investigación HeartMath de California. Los científicos del centro habían estado realizando investigaciones extraordinarias sobre la fisiología de las emociones, las interacciones entre el corazón y el cerebro, y muchas otras más. Habían descubierto, junto con otros investigadores, que existe una relación entre los estados emocionales y el ritmo cardíaco. Cuando tenemos emociones negativas (como la ira y el miedo), el ritmo cardíaco se vuelve desacompasado y desorganizado. En cambio, emociones positivas (como el amor y la dicha) generan patrones sumamente regulares y organizados a los que los investigadores del HeartMath llaman coherencia cardíaca.

En el experimento del doctor Rein, se estudió primero a un grupo de diez sujetos habituados a aplicar las técnicas del HeartMath en las que uno se concentra en el corazón para aumentar la coherencia cardíaca. Los participantes, valiéndose de estas técnicas, generaron sentimientos intensos y elevados como el amor y el agradecimiento, y después durante dos minutos sostuvieron tubos de ensayo con muestras de ADN suspendidas en agua desionizada. Pero al analizar las muestras, no se apreció estadísticamente ningún cambio importante en ellas.
Un segundo grupo de participantes entrenados hizo lo mismo, pero en vez de generar sólo emociones positivas (un sentimiento) de amor y agradecimiento, las combinaron con la intención (un pensamiento) de enrollar y desenrollar las hebras del ADN. Este grupo produjo estadísticamente cambios importantes en la configuración (forma) de las muestras de ADN. En algunos casos el ADN se enrolló y desenrolló ¡hasta un 25 por ciento!
El tercer grupo de sujetos entrenados mantuvo la clara intención de cambiar el ADN, pero les dijeron que no entraran en un estado emocional positivo. Es decir, sólo utilizaron el pensamiento (la intención) para afectar la materia. ¿El resultado? Las muestras de ADN no acusaron ningún cambio.

El estado emocional positivo del primer grupo de participantes no modificó el ADN. El otro grupo, que generó una intención sin acompañarla de una emoción, tampoco lo alteró. Los únicos que lograron producir el efecto deseado fueron los participantes que pensaron en un objetivo claro y lo acompañaron con una emoción elevada.
Un pensamiento en forma de intención necesita un elemento energizador, un catalizador: y esta energía es una emoción elevada. El corazón y la mente actuando como uno. Los sentimientos y los pensamientos unidos en un estado del ser. Si un estado del ser puede enrollar y desenrollar hebras de ADN en dos minutos, ¿qué nos está mostrando sobre nuestra capacidad de crear una realidad?

El experimento del HeartMath demuestra que el campo cuántico no responde simplemente a nuestros deseos: nuestras peticiones emocionales, ni tampoco a nuestras intenciones: nuestros pensamientos. Sólo nos responde cuando estos dos factores son afines o coherentes, es decir, cuando emiten la misma señal. Cuando combinamos una emoción elevada con un corazón abierto, y una intención consciente con un pensamiento claro, hacemos que el campo nos responda de forma asombrosa.

El campo cuántico no responde a lo que queremos, sino a quién estamos siendo.

Dado que cada potencial en el universo es por naturaleza una onda de probabilidad que irradia un campo electromagnético y se compone de energía, es lógico que nuestros pensamientos y sentimientos no sean una excepción.
El modelo según el cual los pensamientos se ven como la carga eléctrica y los sentimientos como la carga magnética en el campo cuántico parece muy útil.
Nuestros pensamientos envían una señal eléctrica al campo; y nuestros sentimientos atraen magnéticamente situaciones en la vida. Al unirse, lo que pensamos y lo que sentimos produce un estado del ser que genera una huella electromagnética que a su vez influye en cada átomo de nuestro mundo. Este hecho hace que nos preguntemos: ¿Qué estoy transmitiendo (de manera consciente o inconsciente) en la vida cotidiana?
Todas las experiencias existen en potencia como improntas electromagnéticas en el campo cuántico. Hay una infinidad de posibles huellas electromagnéticas —de genialidad, riqueza, libertad, salud— que ya existen como un patrón de frecuencia de energía. Si al cambiar tu estado del ser crearas un nuevo campo electromagnético que coincidiera con este potencial en el campo cuántico de la información, ¿es posible que te toparas con esta situación al ser atraído por ella o que la situación te encontrara a ti?
En el campo cuántico existen todas las posibles experiencias como un mar de infinitas posibilidades. Cuando cambias tu huella electromagnética para que coincida con la que ya existe en el campo, tu cuerpo es atraído por esta situación, avanzas en una nueva línea del tiempo, o la situación te encuentra a ti en tu nueva realidad.
Para experimentar un cambio, observa un nuevo resultado con una nueva mente. Es muy sencillo, nuestra rutina cotidiana y los pensamientos y sentimientos de siempre perpetúan el mismo estado del ser, el cual crea las mismas conductas y la misma realidad. Si queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, tenemos que pensar, sentir y actuar de nuevas formas, tenemos que «ser» distintos en cuanto a cómo respondemos a las experiencias. Tenemos que «convertirnos» en otra persona y crear el nuevo estado mental necesario para observar un nuevo resultado con esta nueva mente.
Desde un punto de vista cuántico, debemos crear un estado distinto del ser como observador y generar una nueva huella electromagnética. Así haremos que la realidad que queremos materializar coincida con la que existe en el campo como una posibilidad electromagnética. En cuanto coincide quien estamos siendo (lo que estamos transmitiendo) con la posibilidad electromagnética en el campo cuántico, esta realidad potencial nos atraerá o nos encontrará a nosotros.
Sé que es frustrante cuando nuestra vida parece ser una serie interminable de pequeñas variaciones con los mismos resultados negativos. Pero mientras sigas siendo el mismo de siempre, mientras tu huella electromagnética siga siendo la misma, no puedes esperar obtener un nuevo resultado. Cambiar tu vida es cambiar tu energía, para poder hacer un cambio básico en tu mente y en tus emociones.

Si deseas obtener un nuevo resultado, debes suprimir el hábito de ser el mismo de siempre y reinventarte.