
El otro punto, el Yong-Quan, se encuentra en el pie. Cuando se aprietan los dedos, es el punto central más hondo de la planta del pie.
Una vez encontrados los dos puntos en ambos pies, pegar a ellos con una cinta adhesiva unas bolas pequeñas y espinosas tales como una nuez o un simple hueso de semilla. Colocar ambas manos en la espalda y presionar con fuerza sobre la bola espinosa mientras uno se concentra en el punto Ming-Men. Esto hace que el chi y la sangre se dirijan allí.
Después de sentir que la energía fluye al Ming-Men, dirigirla hacia la columna y las piernas hasta el Yong-Quan. Hacer presión sobre la bola para sentir la columna claramente. En casos críticos puede ser preciso un mes o dos para conseguir que la energía llegue al Ming-Men y de allí al Yong-Quan.
La fuerza desequilibrada saldrá del cuerpo por estos dos puntos.
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