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para el remedio de síntomas como la depresión, el estrés, la ansiedad.
Dolores musculares y óseos. Problemas respiratorios y alergias.
jueves, 11 de junio de 2009
El Arte del Acecho I
El "Arte del Acecho" consiste en acecharlo todo, empezando por uno mismo. Un "acechador" impecable lo convierte todo en presa, y en su intento hace posible acechar sus propias debilidades.
Para "acechar" las propias debilidades, descifras tus costumbres hasta conocer todas las consecuencias de tu debilidad y te abalanzas sobre ellas para desecharlas una por una de tu hacer cotidiano.
Todo hábito es en esencia un "hacer"; y un "hacer" requiere todas sus partes para funcionar. Si una de ellas falta, el "hacer" resulta imposible. Una costumbre requiere todas sus acciones componentes para constituir una actividad vital.
A los seres humanos les encanta que se les diga lo que deben hacer, pero les gusta mucho más resistirse a hacerlo, de modo que llegan a aborrecer a quien les ha aconsejado.
"Acechar" las propias debilidades no implica estrictamente el deshacerse de ellas. Puedes estar "acechándolas" toda tu vida sin que pase nada. Por eso no se puede precisar lo que se debe hacer. En realidad, lo que un guerrero necesita para ser un acechador impecable es tener un propósito.
Los cambios sufridos por un guerrero son excesivamente drásticos y definitivos.
La forma humana se alimenta de sentimientos como la tristeza, la ira, la debilidad.
Es necesario abandonar la forma humana. Esto no es crueldad. Sencillamente es no identificarse con los sentimientos humanos. Esto es aceptar tu destino como guerrero. Todo es igual, sólo existe el propósito.
Cuando un guerrero acepta su destino se enfrenta, a lo que sea, sin miedo y sin odio. Al final triunfa el mejor, quedándose con todo; y si fracasa debe sentirse feliz y desear su bien. Sólo un guerrero puede sentir este tipo de felicidad. Un guerrero no puede abandonarse a sus sentimientos. Debe aceptar su destino.
Para "acechar" las propias debilidades, descifras tus costumbres hasta conocer todas las consecuencias de tu debilidad y te abalanzas sobre ellas para desecharlas una por una de tu hacer cotidiano.
Todo hábito es en esencia un "hacer"; y un "hacer" requiere todas sus partes para funcionar. Si una de ellas falta, el "hacer" resulta imposible. Una costumbre requiere todas sus acciones componentes para constituir una actividad vital.
A los seres humanos les encanta que se les diga lo que deben hacer, pero les gusta mucho más resistirse a hacerlo, de modo que llegan a aborrecer a quien les ha aconsejado.
"Acechar" las propias debilidades no implica estrictamente el deshacerse de ellas. Puedes estar "acechándolas" toda tu vida sin que pase nada. Por eso no se puede precisar lo que se debe hacer. En realidad, lo que un guerrero necesita para ser un acechador impecable es tener un propósito.
Los cambios sufridos por un guerrero son excesivamente drásticos y definitivos.
La forma humana se alimenta de sentimientos como la tristeza, la ira, la debilidad.
Es necesario abandonar la forma humana. Esto no es crueldad. Sencillamente es no identificarse con los sentimientos humanos. Esto es aceptar tu destino como guerrero. Todo es igual, sólo existe el propósito.
Cuando un guerrero acepta su destino se enfrenta, a lo que sea, sin miedo y sin odio. Al final triunfa el mejor, quedándose con todo; y si fracasa debe sentirse feliz y desear su bien. Sólo un guerrero puede sentir este tipo de felicidad. Un guerrero no puede abandonarse a sus sentimientos. Debe aceptar su destino.
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Amo a Remedios Varo, es una extraordinaria artista, con una fuerza poderosa visual.
ResponderEliminarLo que me fascina de Remedios Varo es la visión y la capacidad para transmitir en sus lienzos la magia más allá de la razón. Algunos lo hacen en palabras y otros, como ella, en imágenes. Gracias Danie por tu comentario.
ResponderEliminarSalu2
Muy buena tu explicacion... me gustaria saber como puede un guerrero elegir un proposito sin que este sea producto del ego mismo...
ResponderEliminarHola Anonimo. Un guerrero no tiene ni el tiempo ni la disposición para engañarse a sí mismo, o para engañar a otros, y menos aún para moverse en falso. Lo que perdería haciendo eso es demasiado grande. Perdería su orden vital, el cual requiere una vida entera perfeccionar. Un guerrero no va a desperdiciar algo que vale más que su propia vida tomando una cosa por otra.
ResponderEliminarVisita este enlace: El Poder Personal Gracias por tu comentario