Nos han hecho creer que las afecciones de la vista son irreversibles, pero si los huesos rotos, las quemaduras y otros órganos enfermos se curan, ¿por qué hemos de creer que la vista, el sentido de percepción más importante que tenemos, es la única parte del cuerpo humano que no puede sanarse a sí misma?
El tiempo que se puede tardar en mejorar la visión depende por completo del individuo, pero con frecuencia es necesario continuar la práctica durante semanas y meses. Cuando se produce la mejora, ésta es permanente. No es necesario cambiar de costumbres ni perseguir un programa rígido de ejercicios frecuentes: basta con adecuar ciertas prácticas de una forma diaria para mantener la vista fuerte y robustecida.
NORMAS BÁSICAS DE HIGIENE VISUAL
Luz:
• Trabaja siempre que puedas con luz natural.
• La luz debe entrar por el lado izquierdo (para los diestros) y por el derecho (para los zurdos).
• Si necesitas leer o hacer tareas visuales a corta distancia utiliza dos fuentes de luz: una general, indirecta, que ilumine suavemente toda la estancia, y una supletoria que enfoque directamente la zona donde estás trabajando.
• Los fluorescentes perjudican la vista.
• Si empleas halógenos, procura que tengan cristal protector.
• Para leer no utilices bombillas inferiores a 60W. Las bombillas de luz solar son las más recomendables de todas.
Distancia y postura:
• La distancia ideal para ver de cerca debe ser aproximadamente la longitud de nuestro antebrazo (entre 30 y 40 cm.)
• Ten en cuenta la altura de la mesa y de la silla para mantener una postura y distancia correctas.
• Utiliza un atril de lectura con una inclinación de unos 20º con relación al plano horizontal.
• Evita leer en la cama, tumbado o en vehículos en movimiento.
Utilización correcta de los ojos:
• Mantén los ojos abiertos evitando fruncir el ceño, entornar los párpados y alzar demasiado las cejas.
• Parpadea suave, rápida y frecuentemente: una vez cada cinco segundos aproximadamente.
• Cierra los ojos un par de minutos después de realizar tareas a corta distancia.
• Mira objetos lejanos a través de una ventana después de un trabajo visual cercano.
• Lávate los ojos (párpados cerrados) con agua fría varias veces al día.
• Realiza pausas cuando trabajes a corta distancia: cortas y frecuentes levantando la vista unos instantes y mirando por la ventana o a tu alrededor; durante un par de minutos aproximadamente cada media hora. Levanta la vista y mira al infinito o a tu alrededor.
• Evita la mirada fija de los ojos intentando abarcar todas las partes del objeto que mires de un solo golpe. Mueve los ojos y recorre los objetos por partes.
• Mantén la visión periférica: no pierdas conciencia de todo lo que hay a tu alrededor.