Las Imágenes y algunos Textos de este Blog, han sido sacados de Internet. Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio, nos lo hacen saber y serán retirados inmediatamente.


91808 Veracruz - Ver. México - Tels. 229 115 66 26 - 229 913 80 88
España - Tels. 680 53 75 56 - 965 78 63 38

Centro Fénix de Naturopatía tiene el placer de invitarles a conocer sus técnicas terapéuticas,
probadas y usadas por millones de personas, con éxito, en todo el mundo;
para el remedio de síntomas como la depresión, el estrés, la ansiedad.
Dolores musculares y óseos. Problemas respiratorios y alergias.










Mostrando entradas con la etiqueta Renacimiento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Renacimiento. Mostrar todas las entradas

miércoles, 30 de agosto de 2017

La Imaginación

El ser humano es un ingenio complicadísimo y ha de ser estudiado como un mecanismo. Comprendemos que, a fin de controlar cualquier clase de máquina, como un automóvil o una computadora, primero debemos aprender. No podemos controlar instintivamente estas máquinas, pero por alguna razón pensamos que el instinto ordinario es suficiente para controlar el mecanismo humano, aunque es demasiado complicado. Esta es una de las primeras presunciones equivocadas. No comprendemos lo que hemos de aprender ─ que el control es una cuestión de conocimiento y destreza ─.

En el significado corriente de la imaginación, el factor más importante se pierde. El factor más importante en cada función es: "¿Está bajo nuestro control o no?" De modo que, cuando la imaginación está bajo nuestro control, ni siquiera la llamamos imaginación; la llamamos con varios nombres: visualización, pensamiento creativo, ingenio; puedes encontrar un nombre para cada caso especial. Pero cuando llega por sí misma y nos controla de manera que estamos en su poder, entonces la llamamos imaginación.

Además, hay otro aspecto de la imaginación que el entendimiento corriente no capta. Imaginamos cosas inexistentes, capacidades que no tenemos; por ejemplo, nos atribuimos poderes que no poseemos, imaginamos ser conscientes de nosotros aunque no lo somos. Tenemos poderes imaginarios y consciencia de sí imaginaria, e imaginamos ser uno solo, cuando en realidad somos muchos "yoes" diferentes. Hay muchas cosas de esa índole que imaginamos acerca de nosotros y los demás. Por ejemplo, imaginamos que podemos "hacer", que tenemos alternativa; no tenemos alternativa, no podemos "hacer", las cosas simplemente nos suceden. De manera que realmente nos imaginamos. Pero, no somos lo que imaginamos ser.

La imaginación tiene muchos aspectos diferentes. Imaginamos estados inexistentes, posibilidades inexistentes, poderes inexistentes. Imaginamos toda clase de cosas desagradables, nos torturamos, imaginamos todas las cosas que podrían sucedernos a nosotros mismos o a otras personas... asume diferentes formas. Algunas personas imaginan diferentes enfermedades, algunas imaginan accidentes, otras imaginan infortunios.

domingo, 3 de abril de 2016

El Médico que no Quería Curar

Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo quería ser sanado. Y llegó a la conclusión de que "la sanación es muy poco atractiva".
Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y de los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.
La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Muchos dicen que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la amargura que tienen por lo que les pasó.
Negarse a liberar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo. Soltar esas experiencias sana estas filtraciones. La liberación de esas personas o experiencias nada tiene que ver con no responsabilizar a otros por las heridas que causaron. Tiene más que ver con "liberarnos de la percepción de víctima".
Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un aprendizaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico.

Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctimas. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a los demás.
Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador.

Mucha gente pretende mantenerse en un compás de espera, alegando que no saben qué hacer, pero rara vez esto es cierto porque si saben exactamente lo que deben hacer, pero están aterrorizados para actuar en consecuencia...
El cambio es alarmante, y la espera da sensación de seguridad, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, sentirse vivo otra vez. La sanación requiere acción.

Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el medicamento adecuado a través de las hierbas naturales, genera cambios saludables en el cuerpo, en la mente y sana las emociones.
Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía del cuerpo.
Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética forman parte de la misma unidad, uno mismo. Incluso el proceso de morir, al que todos nos enfrentamos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos.

jueves, 8 de octubre de 2015

La Culpa: La Mafia de la Mente

La mayor parte de la gente vive bajo una nube de culpa. Esto es debido a que la mayoría de la gente piensa que hay algo malo en ellos, o que han hecho algo malo y no se creen merecedores del amor.

Muchas veces los demás nos envían mensajes negativos porque ésa es la manera más fácil de manipularnos.

Cuando sientas que alguien pretende hacer que te sientas culpable, pregúntate: ¿qué desea esta persona? ¿Por qué hace esto?
Plantéate estas preguntas en lugar de pensar que eres realmente culpable y por lo tanto has de hacer lo que te dicen que hagas.

Muchos padres manipulan a sus hijos con la culpa, porque ellos también fueron educados de la misma manera.
Hay muchas personas que al hacerse mayores siguen siendo manipuladas por familiares y amigos, en primer lugar porque no se respetan a sí mismos y en segundo lugar, porque ellas mismas son manipuladoras.

La gente que se siente culpable piensa que hacen siempre mal las cosas, que no se comportan correctamente, y se pasan la vida pidiendo disculpas.
Si te sientes culpable puedes aprender a decir "no" y enseñar a los demás que la culpa es absurda.
No se trata de enfadarse, pero no hay por qué seguirles el juego. Si te resulta raro decir simplemente "no", dilo de esta manera: "No, no puedo hacer eso". No des explicaciones ni trates de excusarte, porque entonces la persona manipuladora tendrá argumentos para convencerte y hacer que cambies tu decisión.

Cuando los demás vean que ya no les da resultado manipularte, no lo intentarán más. Los demás sólo pueden controlarte mientras tú se lo permitas.
Es posible que te sientas culpable la primera vez que digas "no"; pero te será más fácil a medida que vayas practicando.

martes, 18 de agosto de 2015

Cuatro Pasos en Tu Camino Hacia la Libertad

1. Presta atención a lo que te dice el corazón.
Sal del bombardeo constante de pensamientos que te impiden prestar atención al misterio de la vida.
El pensamiento nos lleva a realizar actos, conectar con sentimientos y emociones y a tomar decisiones basadas en una experiencia anterior; lo cual no hace sino atarnos a las personas y circunstancias que nos mantienen prisioneros en el pasado. Esto nos mantiene en un proceso continuo de reacción ante lo que los demás hacen o hacia donde las circunstancias "nos llevan".
El corazón te permite cortar los lazos de dependencia y expectativa que te mantiene prisionero de los demás.
El corazón es puro en su intención y nunca reclama nada a cambio.
El corazón te vuelve a conectar contigo mismo, con la esencia de lo que eres, con la verdad, con el amor. Por lo tanto, escucha a tu corazón.

2. Deja de creerte tan importante.
Estamos atados a un poste. Ese poste es la importancia personal del ego, que es todo lo que creemos ser. La importancia personal es lo que hace que nos alejemos siempre de nosotros mismos.
El mundo del ego, nuestro mundo, está hecho de hilos como, "yo hago esto", "yo hago aquello", "yo debo esperar algo especial". Nos creemos separados de los demás y esa separación, que es la que nos hace sentirnos tan importantes, es nuestro ego.
Nos ponemos muy arrogantes y serios con respecto a las idioteces del ego que a nadie en su sano juicio debería importar.
Nos tomamos demasiado en serio, nos damos mucha importancia; ¡eso hay que cambiarlo! Nos creemos los más importantes y eso nos hace creer que tenemos derecho de enfadarnos con todo si las cosas no salen a nuestra manera.
La arrogancia es otra cosa que hay que dejar partir.

3. No dejes que te encasillen.
Todos cuantos nos conocen tienen una idea sobre nosotros; y nosotros alimentamos esa idea con todo lo que hacemos.
Debemos renovarnos en nuestras relaciones, con nuestros padres, familiares, amigos.
Si logramos salir del encasillamiento no necesitaremos dar más explicaciones de lo que hagamos o no; nadie se va a enfadar ni a desilusionar con nuestros actos. Y sobre todo, nadie nos va a aprisionar con sus pensamientos.

4. Cambia los hábitos a los que te has acostumbrado.
La manera de tener un espíritu libre es no tener costumbres fijas ni caprichos previsibles. Si queremos ser libres hemos de ser fluidos e imprevisibles.
Observa las costumbres de tu vida. Las horas en las que comes, las que duermes, cómo y cuándo te diviertes, etc.
El hecho de no tener costumbres fijas nos hace mágicos.

viernes, 15 de mayo de 2015

Estoy Decidido a Ver las Cosas de Otra Manera

El mundo que vemos, que tan insano nos parece, puede ser muy bien el resultado de un sistema de creencias que no funciona. Dicho sistema de creencias sostiene que el temible pasado se extenderá hasta un futuro igualmente temible, haciendo que pasado y futuro sean uno y lo mismo.

Lo que nos hace sentir tan vulnerables son los recuerdos de acontecimientos dolorosos y temibles; y es precisamente esta sensación de vulnerabilidad la que nos hace querer predecir y controlar el futuro a toda costa.
Según nuestro viejo sistema de creencias, nos enojamos debido a que alguien no está atacando, lo cual a su vez justifica el que contraataquemos. Somos responsables de, aunque protegernos, aunque no de la necesidad de hacerlo.

Si estamos dispuestos, podemos cambiar nuestra forma de pensar. Sin embargo, para ello, tenemos que examinar de nuevo todos y cada uno de nuestros preciados valores y supuestos del pasado. Esto significa renunciar a la estima que hemos depositado en nuestros temores, enfados, culpas y dolores; significa romper totalmente con el pasado, así como con los temores que venimos arrastrando del pasado y proyectando hacia el presente y el futuro.

“Estoy decidido a ver las cosas de otra manera” significa que estoy verdaderamente dispuesto a deshacerme del pasado y del futuro para poder experimentar el ahora tal como realmente es.

Casi toda mi vida he actuado como un autómata, reaccionando siempre antes lo que otras personas decían o hacían. Ahora reconozco que mis reacciones vienen determinadas exclusivamente por las decisiones que yo mismo tomo. Reivindico mi libertad ejerciendo mi decisión de ver a todo y a todos con Amor en vez de con temor.

viernes, 9 de enero de 2015

Las Relaciones como Practica Espiritual

Las relaciones entre hombres y mujeres reflejan el profundo estado de crisis en el que la humanidad se encuentra ahora. En la medida en que los seres humanos se han ido identificando cada vez más con la mente, la mayoría de las relaciones no se arraigan en el Ser y así se convierten en una fuente de dolor y permanecen dominadas por los problemas y el conflicto.

Sin embargo, cada crisis supone no sólo un peligro sino también una oportunidad. La oportunidad que está oculta en cada crisis no se manifiesta hasta que todos los hechos de una situación dada se reconocen y aceptan completamente. Mientras se les niegue, mientras se trate de escapar de ellos o se desee que las cosas sean diferentes, la ventana de la oportunidad no se abrirá, y se permanecerá atrapado en esa situación, que continuará siendo la misma o se deteriorará más.

El reconocimiento y la aceptación de los hechos traen consigo un cierto grado de libertad. Por ejemplo, cuando sabes que no hay armonía y te das cuenta de ese hecho, a través de ese conocimiento ha aparecido un nuevo factor y la falta de armonía no puede permanecer sin cambiar. Cuando sabes que no estás en paz, tu conocimiento crea un espacio tranquilo que rodea a tu falta de paz en un abrazo amoroso y tierno que la transmuta y la convierte en paz. En cuanto a la transformación interior, no hay nada que puedas hacer. No puedes transformarte a ti mismo, y ciertamente no puedes transformar a tu pareja ni a ninguna otra persona. Todo lo que puedes hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor. Así pues, siempre que tu relación no funcione alégrate, porque eso significa que lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación. Todo el tiempo has de ser consciente de ese momento, particularmente de tu estado interior. Si hay rabia, saber que hay rabia. Si hay celos, actitud defensiva, impulso de discutir, necesidad de tener la razón, una frialdad interior que pide amor y atención, o dolor emocional de cualquier tipo, lo que sea, has de conocer la realidad de ese momento y estar atento a ese conocimiento. Si observas una conducta inconsciente en tu pareja, has de mantenerla dentro del abrazo amoroso de tu conocimiento para no reaccionar. La inconsciencia y el conocimiento no pueden coexistir durante mucho tiempo, incluso si el conocimiento está en la otra persona y no en la que está actuando llevada por la inconsciencia. La forma de energía que hay tras la hostilidad y el ataque encuentra la presencia del amor absolutamente intolerable. Si reaccionas ante la inconsciencia de tu pareja, te vuelves también inconsciente. Pero si en ese momento te acuerdas de conocer tu reacción, nada se ha perdido.

La humanidad está bajo una gran presión de evolucionar porque es nuestra única oportunidad de sobrevivir como especie. Esto afecta todos los aspectos de tu vida y las relaciones cercanas en particular. Las relaciones nunca antes han sido tan problemáticas ni han estado tan cargadas de conflicto como ahora. Como habrás notado, su objetivo no es hacerte feliz o realizarte. Si continúas persiguiendo la meta de la salvación a través de una relación, te desilusionarás una y otra vez. Pero si aceptas que la relación es para hacerte consciente en lugar de feliz, entonces sí te ofrecerá salvación y te sintonizarás con la conciencia superior que quiere nacer en este mundo. Para quienes se aferran a los patrones antiguos, habrá cada vez más dolor, violencia, confusión y locura.

sábado, 3 de enero de 2015

La Personalidad en Funcion de la Energia

Hay energía en todos los procesos de la vida –en el movimiento, en el sentimiento y en el pensamiento− pero estos procesos pueden interrumpirse si falta al organismo el suministro de energía. Así, por ejemplo, la carencia de alimento agotaría tan gravemente la energía del organismo, que se produciría la muerte; e, igualmente, suprimir el oxígeno necesario obstaculizando la respiración podría ocasionar la muerte al individuo.

Un fuego corriente se apaga cuando se acaba el combustible que lo mantiene; además arde indiscriminadamente, sin reparar en la energía liberada por la combustión. El organismo viviente es, por el contrario, un fuego independiente, autorregulador y perpetuador de sí mismo. Sigue constituyendo el gran misterio cómo se desarrolla este milagro de arder sin encenderse ni agotarse. No somos capaces todavía de dilucidar este enigma, pero es muy importante procurar entender algunos de los factores que intervienen en el fenómeno, porque todos queremos mantener constante y brillantemente encendida la llama de la vida dentro de nosotros.

No estamos acostumbrados a pensar en la personalidad en función de la energía, pero son dos valores que no pueden disociarse. La cantidad de energía que tenga el individuo y la forma en que la use determina su personalidad y se refleja en ella. Unos tienen más energía que otros. Una persona impulsiva, por ejemplo, no puede recibir en su nivel de excitación o energía ningún aumento: tiene que descargar el exceso lo más rápidamente posible. El individuo compulsivo usa su energía de modo distinto: tiene que descargar su excitación, pero lo hace según patrones de movimiento y conducta rígidamente estructurados.

La relación de la energía con la personalidad se manifiesta más claramente en una persona deprimida. Aunque la reacción y la tendencia depresiva derivan de la interacción de factores psicológicos y físicos complicados, hay algo perfectamente claro. El individuo deprimido lo está también en su energía. Los estudios filmados muestran que solo realiza la mitad aproximadamente de los movimientos espontáneos que efectúa el individuo no deprimido. Si el caso es grave, puede quedarse sentado inmóvil, apenas realizando movimiento alguno, como si no tuviese energía para obrar. Su estado subjetivo responde muchas veces a esta imagen objetiva. Generalmente cree que le falta energía para seguir moviéndose. Acaso se lamente de sentirse sin fuerzas, aunque no está cansado. La depresión de su nivel de energía se observa en la disminución de todas sus funciones energéticas. Su respiración está deprimida, su apetito está deprimido, su ímpetu sexual está deprimido. En tal estado quizás no pudiese reaccionar a nuestras exhortaciones de interesarse por algo: literalmente, “no tiene la energía” necesaria para sentir interés por nada.
La manera más inmediata de ayudar a estas personas a recuperar su energía es aumentar su toma de oxígeno. Es decir, hacerles respirar más profunda y plenamente. Hay diversas formas de ayudar a una persona a movilizar su respiración y partiendo del supuesto de que el individuo no puede hacerlo por sí mismo, eso significa que quien le ayude ha de poner en juego “su propia energía” para hacerle entrar a la persona deprimida en actividad. Esto requiere dirigirlo a realizar bajo nuestras indicaciones ciertas actividades sencillas que poco a poco dan profundidad a su respiración, y practicarle presiones y tactos físicos para estimularla. Lo importante es que, al reactivarse la respiración del individuo, su nivel de energía se eleva. Cuando llega a cargarse, puede producirse en sus piernas un suave temblor o vibración involuntaria. Esto se interpreta como señal de que circula por su cuerpo cierta corriente de excitación, especialmente en la parte inferior. Su voz puede hacerse más sonora, porque es mayor la cantidad de aire que fluye a través de su laringe, y el rostro puede tornársele radiante. Quizás no se necesiten más de veinte o treinta minutos para lograr esta mutación y para que la persona se sienta “revitalizada”. En efecto, ha salido temporalmente de su estado depresivo.

Aunque se observa inmediatamente y se experimenta enseguida el resultado de la respiración más profunda y plena, no es la cura de la condición depresiva. Ni dura su efecto, puesto que la persona no es capaz de mantener espontáneamente esta cualidad profunda de la respiración. En dicha incapacidad radica el problema de la depresión, que no puede resolverse sino por medio de un análisis concienzudo de todos los factores que han contribuido al decaimiento del cuerpo y a la personalidad deprimida. Pero tampoco el análisis valdrá gran cosa si no va acompañado de un esfuerzo asiduo por elevar el nivel de la energía personal, cargando el cuerpo energéticamente.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Inconsciente, Psicoterapia y Sanacion

La vida humana implica muchas transformaciones biológicas y psicológicas, así como experiencias traumáticas. En la infancia y la adolescencia se producen a menudo enfermedades, heridas, operaciones y una gran variedad de agresiones emocionales. El mismo proceso de emerger a este mundo en el nacimiento, constituye un gran trauma físico y psicológico. Nos vemos expuestos a importantes crisis, incluso a lo largo de la existencia prenatal, tales como enfermedades o estrés emocional de la madre, influencias tóxicas e incluso prematuridad o intento de aborto.
La mayoría de estos dolorosos recuerdos se olvidan o se reprimen, pero no pierden su significado psicológico. Por el contrario, se graban profundamente dentro de nosotros y pueden ejercer una poderosa influencia sobre nuestras vidas. El psiquiatra austriaco Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, fue quién presentó la primera prueba convincente de que nuestra psique no está limitada a procesos de los que somos conscientes sino que incluye amplias áreas que permanecen la mayor parte del tiempo por debajo del umbral de la consciencia.

Freud denominó a esta dimensión de la psique, el "inconsciente". Descubrió que los recuerdos reprimidos y olvidados de la infancia y la adolescencia, y también periodos posteriores de la vida, podían emerger en forma de perturbadoras pesadillas. Constituían también importantes causas de distintos desordenes psicosomáticos y emocionales, podían producir distintos tipos de comportamiento irracional e interferir en el proceso de una vida satisfactoria. Durante el proceso terapéutico, que Freud denominó psicoanálisis, las asociaciones libres del cliente y las interpretaciones del psiquiatra servían de ayuda para llevar este material inconsciente a la consciencia y disminuir su influencia negativa en la vida cotidiana.
Las contribuciones de Freud a la psicología y la psicoterapia fueron revolucionarias e innovadoras. Sin embargo, este modelo teórico se limitaba a la biografía postnatal: intentaba basar la explicación de todos los procesos psicológicos en la historia de la vida posterior al nacimiento. De un modo semejante, su técnica terapéutica o intercambio verbal, era una herramienta relativamente débil para penetrar en el inconsciente y un método de sanación y transformación muy lento y que consumía mucho tiempo.

Uno de los discípulos de Freud, el desertor Otto Rank, amplió considerablemente el modelo al llamar la atención de los círculos profesionales sobre la importancia psicológica del trauma del nacimiento. Las observaciones de Rank, que pasaron desapercibidas durante muchos años, se han visto confirmadas, en las tres últimas décadas, por parte de varias psicoterapias experienciales. En los últimos años, se han dedicado reuniones específicas a los problemas de la psicología prenatal y perinatal, una disciplina que estudia la influencia de las experiencias que se producen en la psique humana antes y durante el nacimiento.

Las investigaciones del discípulo de Freud, Carl Gustav Jung, produjeron observaciones tan sorprendentes y revolucionarias que todavía no han sido plenamente aceptadas y asimiladas en los círculos académicos. Jung llegó a la conclusión de que el inconsciente humano no se limitaba a los contenidos de la historia individual. Además del freudiano "inconsciente individual", existía también el "inconsciente colectivo", que contenía los recuerdos y la herencia cultural de toda la humanidad. Según Jung, los modelos universales y primordiales del inconsciente colectivo, o "arquetipos", eran de naturaleza mitológica: Las experiencias que involucran las dimensiones arquetípicas de la psique comunican un sentido de sacralidad o, en términos junguianos, de "numinosidad".
Cuando se permiten que esos contenidos del inconsciente, portadores de gran carga emocional, salgan a la superficie, se experimenten completamente y se asimilen en la conciencia, pierden el poder de influirnos de modo negativo. Este proceso es el objetivo principal de las psicoterapias profundas. Algunas de las antiguas escuelas intentan llegar a esta meta mediante un diálogo terapéutico; las innovaciones más recientes, sin embargo, consisten en enfoques que facilitan la experiencia emocional y física directa del material inconsciente.

A veces, la cantidad de material inconsciente que surge desde los niveles profundos de la psique puede ser tan grande que la persona implicada puede tener dificultades a la hora de funcionar en la vida cotidiana. Sin embargo, a pesar de esas, en ocasiones, espectaculares manifestaciones, este tormentoso episodio es básicamente un intento del organismo de simplificar su funcionamiento para descargarse de viejas huellas y programas y sanarse a sí mismo. Quién lo comprende y tiene un buen sistema de apoyo puede cooperar con el proceso y beneficiarse de él.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Envidia - Reflejo Oscuro del Propio Ser

La autoestima mutilada: la envídia. El reflejo oscuro por la falta de luz natural del propio ser en su totalidad ...

¿El por qué de la envidia? La envidia se basa en supervalorar a los otros (que pueden, según la fantasía del envidioso, hacer todo) y desvalorizarse a sí mismo (sintiéndose inferior porque no puede hacer nada). Así, nace el deseo de desvalorizar al otro para que todo quede parejo y él no se quede solo.

La envidia se da en cuatro fases especificas:
1 - Primeramente, el individuo mira un objeto, situación o una característica de alguien que inmediatamente admira. Comprende la importancia de aquella característica para él. O sea, ve, admira y desea.
2 - De inmediato, hace una comparación entre lo que el otro tiene y lo que el individuo no tiene. Él toma conciencia de una falta suya porque ya discrimina. Aquí el proceso cognitivo es importante.
3 - Ahí se da el tercer momento de la envidia, que es la percepción - y al mismo tiempo la vergüenza - por una falta en él de lo que fue admirado (y valorado) en el otro. Surge ahí, también, la constatación de que aquello que deseó, es imposible de ser alcanzado por él.
4 - Luego llegamos a la cuarta y última fase: La envidia es disparada por la percepción de una falta en el individuo. Esa insuficiencia hace que ataque y consecuentemente expulse el objeto envidiado para hacer desaparecer la diferencia que fue percibida.

El Diccionario lo define de esta manera: “Envidia es el disgusto o pesar por el bien o por la felicidad del otro. Un deseo violento de poseer el bien ajeno”. Ya el Diccionario de Psicología Dorsch esclarece: “La envidia pertenece a los sentimientos intencionales. Es una insatisfacción, o repudio a la alegría del otro”. Por lo tanto, aquello que es envidiable es encarado como algo de mucho valor.

Qué es más fácil seguir sufriendo o poner un alto a nuestro sufrimiento, dejar de ser víctimas y actuar en lugar de dejarnos llevar por las circunstancias. Que prefieres ser víctima o ser responsable de tu propia vida.

martes, 13 de abril de 2010

INVOCACION DE PROSPERIDAD

Hay solamente un poder perfecto
que es abundancia y satisfacción
y yo soy
una manifestación de este poder.

Este poder trabaja para mí
y dentro de mí.
Él me provee de toda la abundancia
que es mi derecho natural.

Yo atraigo hacia mí
y creo en mi vida
todo lo que necesito
específicamente en todas
y cada una de las formas
que sean menester.

Yo libero todas las causas, efectos, manifestaciones, formas
y cualquier cosa dentro de mí
que puedan haber impedido
el correcto fluir de la abundancia en mi vida.

Las arcas del Universo de la abundancia
son un derecho y una elección para todos.

Yo hago afirmaciones para mi sabiduría
para entender mis necesidades
y saber cómo cubrirlas.

Invoco a mis recursos
sabiendo que no voy a privar a otros
ni voy a privarme a mí mismo.


Tengo Todo lo que Necesito y Así Es